Vistas de página en total

sábado, 31 de diciembre de 2022

TERMINAMOS EL AÑO 2022 y COMENZAMOS EL 2023

 


"Si el Señor no guarda la ciudad en vano trabajan los vigilantes”

TERMINAMOS EL AÑO 2022: DEMOS GRACIAS A DIOS PORQUE SU AMOR NO TIENE FIN. COMENZAMOS EL 2023: PIDAMOS A DIOS LAS GRACIAS NECESARIAS PARA TODOS.

 

Antonio Arada Calvo. Sacerdote

sábado, 24 de diciembre de 2022

¡YA LLEGA, YA LLEGA EL SEÑOR!

                                               



   Ya llega la luz que alumbra la noche;

Ya llegan los cantos que alegran el dolor;

Ya llegas, mi Amor, mi Dios Encarnado,

Mi Dios Salvador.

 

   De María, la Virgen, nació el Redentor,

En pobre pesebre se reclinó a mi Señor,

Corramos a verle, a cantarle, adorarle…

A ofrecerle entero, nuestro corazón.

 

   Es pequeño y bonito, moreno y chiquito;

Tiene ojos vivos, boca que sonríe…

Un verdadero primor. Viene del cielo,

Y sale del seno de una Virgen Madre,

Primor como Él, porque pura y santa

Humilde mujer de entre las mujeres de Nazaret.

 

   Ella Madre nuestra, que Jesús nos dio,

Cuando por los hombres en la  Cruz murió.



Antonio Aranda  Calvo. Sacerdote.

 

viernes, 23 de diciembre de 2022

TIEMPO DE NAVIDAD 24 y 25 de diciembre 2022

 


“Ha nacido el Niño Dios,

venid todos a adorarle,

con músicas y canciones

y el corazón para amarle”


 

    El sentimiento que se expresa en este antiguo Villancico debería estar presente en esta NAVIDAD: 


Os envío esta reflexión para la Semana de Navidad. 


  • Ha nacido el Niño Dios: La más maravillosa noticia que nos ha llegado a los humanos… podríamos decir (pensando en la fusión nuclear, en la que se produce algo ilimitado, más de lo que se da…más de lo que se pierde,  el llamado  gran adelanto del Siglo XXI) que de la fusión de Dios con María, sin perderse absolutamente nada, sin que crezca ni Dios ni el hombre, siguiendo un Dios verdadero y un hombre completo, hijo de María,  ha aparecido alguien que nos trae la Vida definitiva, nos ha dado sentido al esfuerzo y a la lucha en cada día y al gozo pleno que esperamos en el ENCUENTRO CON ÉL. ES ENMANUEL. 

 

 

 

  • Venid todos a adorarle: Si, todos los seres humanos estamos llamados a adorar al HOMBRE que está por encima de todo, Él es nuestro libertador: Hijo de Dios, nacido en pobreza máximo, vivió la condición humana poco cualquiera de nosotros, emigrante en tierra extranjera, perseguido desde niño, se desarrolló en un hogar pobre “de artesanos” y después convivió con pescadores; de entre los humildes surgieron sus seguidores, los más cercanos eran pescadores…no despreció a nadie, sólo a los que negaban la Luz porque cerraban los ojos; los que vivían en la hipocresía y la falsedad; los que vivían de apariencias. Jesús, exponente de la Verdad y del Verdadero Dios, murió condenado por las Autoridades, civiles, militares y religiosas, en el suplicio de la Cruz, fue sepultado, pero resucitó al tercer día, como lo había dicho…Está sentado junto al Padre y ha de venir a presentarnos como TROFEO PROPIO ANTE EL DIOS ÚNICO Y VERDADERO.

  • Con músicas y canciones: Con la alegría que supone el acontecimiento, con expresiones de gozo y paz, con esas actitudes que son propias de Dios, el único que es feliz, porque es lo que es.

  • Y el corazón para amarle: Porque esto es lo que Él más desea, nuestro corazón y con él nuestro amor. Fue el AMOR el mandato que Jesús nos dejó; es el AMOR lo que dignifica a la persona; es el AMOR lo que nadie, en buen juicio, puede rechazar, más aún el amor es tal para el ser humano que “vivir sin él es imposible”; es el AMOR lo que define a Dios mismo, según San Juan “Dios es AMOR… y nadie puede decir que ama a Dios a quien no ve, si no ama al PRÓJIMO a quien ve”… junto a él y más aún si está necesitado. Jesús quiere que le demos nuestro corazón, con sus sentimientos, con sus penas y alegrías, quiere que nos abramos a él como somos…que Él nos enderezará y nos pondrá en su dirección… quiere Él ser querido por nosotros sobre todas las cosas,  con toda la fuerza, con todo nuestro ser, CON TODO EL CORAZÓN. Como dice el poeta: “si me quieres quiéreme entera…” o la copla: “corazones partidos yo no los quiero que cuando doy el mío lo doy entero” Como nuestros místicos (Santa Teresa, San Juan de la Cruz)  Está el místico que muere de amor por amor a Dios “Vivo sin vivir en mi…Y el amante que dejó de amar y suspira diciendo: “lo peor, lo más terrible, es que vivir sin él, es imposible”  Porque “Mi tierra? Mi gente? El desierto y la muerte? Y mi vida, dime mi vida ¿qué es si no es el AMOR?

 

Por eso, hermanos, nuestro corazón para amarle y amarle de corazón.

 

Antonio Aranda Calvo. Sacerdote. 

 


©mmesa


viernes, 16 de diciembre de 2022

DOMINGO IV DE ADVIENTO 18 de diciembre 2022.

 

LECTURAS: Isaías 7, 10-14; Salmo 23 “Va a entrar el Señor: Él es el Rey de la Gloria”; Romanos 1, 1-7; Evangelio de San Mateo 1,18-24.

 

“Se llamará Jesús, porque salvará a su pueblo”

 

En el Evangelio que hoy habéis escuchado, aparece JOSÉ junto a MARÍA de algún modo como protagonistas, aunque el verdadero personaje es Cristo Jesús; José y María son presentados como esposos; María la Madre de Jesús desposada con José; a José mandó Dios que pusiera al Niño por nombre Jesús, nombre que explicará la MISIÓN de ese Niño… “porque él salvará a su pueblo de sus pecados”. Y José sin más acoge lo que se le dice y se pone en marcha: acoge a María, la cuida, la lleva a Belén, está presente en el Nacimiento y efectivamente le pone por nombre JESÚS. ¡Cuánta era la fe de José, cuánta su confianza en la Palabra de Dios, cuanto su Amor a María, cuánta la Esperanza en el Misterio que se le había anunciado! 

José esposo de María, obediente al mandato de Dios, portavoz de Dios para anunciar la Misión de Salvador, lleno de Fe, de esperanza, bien dispuesto a entrar en acción para llevar a cabo el PROYECTO DE DIOS. Y María la mujer sin pecado, fiel, obediente, portadora y enamorada de Dios…cuanto más lo esperaba más cerca lo tenía, cuanto más lo sentía en sí, más lo daba a los demás… “Estrella y camino, prodigio de Amor, de tus manos Madre hallamos a Dios, tú nos lo diste en Belén en pobre portal, en tu regazo lo ven el rey y el zagal…”  


Los Desposorios de la Virgen
Bartolomé Esteban Murillo (1660)
Pintura al óleo [76,2 cm (H), 56,5 cm (A)] sobre tabla de caoba
Colección Wallace de Londres (Reino Unido)

 

Para este tiempo de Adviento, José y María se nos presentan como modelo y ejemplo a seguir: esperar al Emmanuel, desearle, dar a conocer su Misión, anunciar a nuestros hermanos al que se acerca, que viene a la humanidad, a todos nosotros sin distinción, al que con nosotros está… y le esperamos al final de los tiempos… ¡Ven Señor Jesús! Él es nuestro Salvador. 

Estamos metidos de lleno en el Misterio de la Navidad: José y María, que fueron los primeros en acoger a Jesús por la fe, nos introducen en ese Misterio. En las lecturas que hemos escuchado, María nos ayuda a asumir una actitud de apertura para acoger al Hijo de Dios en nuestra vida concreta. José está presente en la señal de Acaz, pues en él se vislumbra junto a aquella “virgen que está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel (que significa Dios con nosotros)” A José se le vislumbra en aquellas palabras a los Romanos, “su Hijo, nacido, según lo humano, de la estirpe de David, por el que hemos sido llamados a formar parte del pueblo amado” Y en tercer lugar, según el Evangelio de Marcos, a José le fue encargada la misión de cuidar del autor de nuestra salvación, todo en sintonía con los Profetas. María y José, ambos, permiten que Dios se acerque a nosotros hecho carne, Emmanuel, Dios con nosotros, por ellos Dios está en nuestras vidas. Por todo lo cual pidamos a María y a José nos concedan la fe y confianza en el Padre Dios, eso que tuvieron ellos al estar siempre dispuestos a buscar la voluntad de Dios y seguirla con plena confianza.  

         El ejemplo, hoy, de José es grande, padeció la tristeza al enterarse que María estaba embarazada, pero así también gozó inmensamente y se llenó de alegría al saber que Ella iba a ser la Madre del esperado de Israel, del que había de venir, del Mesías, Señor y Salvador. Igualmente María debió sufrir las tristezas de José, ver que eran rechazados cuando buscaban posada y que Jesús tendría que nacer en un establo, pero el tenerlo en sus manos la llenaría del gozo que solo Dios puede dar. Las alegrías y las penas de esta vida debemos asumirlas a ejemplo de José y María, pues a través de ellas descubriremos su voluntad y con alegría llevaremos a cabo lo que Dios quiere de nosotros en cada momento. 


 La Sagrada Familia del pajarito
  Bartolomé Esteban Murillo (1650)
 

José se hizo cargo del cuidado de Jesús el Hijo de Dios, así se convirtió en protector de la Iglesia, Cuerpo de Cristo; pidamos a Dios que José conceda su cuidado y patrocinio a nuestra Iglesia Diocesana, a nuestra Cofradía, a la Comunidad aquí reunida y a cada uno; que también la Virgen María ejerza, con su ternura y como siempre hace su condición maternal, “vida y dulzura esperanza nuestra, que vuelva a nosotros esos sus ojos misericordiosos” así viviremos según los mandatos del Señor y a la hora de nuestra muerte podremos entrar en el goce de Nuestro Dios. 

¡Adelante! Con la alegría y el gozo que estamos viviendo por la Buena Nueva, el Evangelio del DIOS CON NOSOSTROS y que José y María nos la han hecho llegar… ¿Qué haremos ahora para darla a conocer a los demás, a nuestros hermanos más humildes, a los que no han oído jamás hablar de Él? Tengamos seguro que si tomamos a la Virgen María como “estrella y camino” en nuestra Misión de Anunciar a su Hijo, conseguiremos hacerlo con éxito siempre para gloria de Dios. 

Antonio Aranda Calvo. Sacerdote



Estrella y camino


DE TU MANO, MADRE, HALLAMOS A DIOS.


1. Todos los siglos están mirando hacia Ti;
todos escuchan tu voz, temblando en un sí.
Cielos y tierra se dan, en tu corazón;
como un abrazo de paz, ternura y perdón.


2. Tú nos lo diste en Belén, en pobre portal;
en tu regazo le ven, el rey y el zagal.
Tú nos lo diste en la cruz, altar de dolor;
muerto en tus brazos está, un Dios redentor.


3. Toda la Iglesia con fe, eleva un clamor;
puestos los ojos en Ti, la Madre de Dios.
Puente y sendero de amor, sublime misión;
la de traernos a Dios, en tu corazón.

 

ESTRELLA Y CAMINO, PRODIGIO DE AMOR;

 

 

miércoles, 14 de diciembre de 2022

TAMBIÉN NACE EL SEÑOR EN DOS MIL VEINTIDÓS

 


 

¡Catemos alegres, cantad al Amor,

que el Niño nacido es Hijo de Dios!


Jesús le llama su Madre,

Jesús le llama José

y nosotros le diremos:

¡amigo Jesús! nuestra vida y nuestro bien.


Nació, pobre en un pesebre,

y vuelve de nuevo a nacer

en el corazón del hombre,

en el lugar más humilde, como lo fuera en Belén.


Vayamos a recibirle,

con músicas y panderos,

lo mejor de nuestras vidas,

unidos le ofreceremos.


Con ángeles y pastores le cantamos a una voz:

Justicia en la tierra, gloria en el cielo,

alegría y contento para el mundo entero.


           ¡Paz entre los hombres!

 

Os deseo Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo 2022-2023



Antonio Aranda Calvo, Sacerdote.
Canónigo de la S.I.C. de Jaén
Capellán de Ntro. P. Jesús.

 


viernes, 9 de diciembre de 2022

DOMINGO TERCERO DE ADVIENTO 11 de diciembre de 2022.

 

El Niño Jesús y San Juan

Juan Antonio de Frías y Escalante, Hacia 1668, Óleo en lienzo, 46 cm (H); 122 cm (A), Procedencia: Colección Real. ©Museo Nacional del Prado. 

LECTURAS: Isaías 35, 1-6.10; Salmo 145: ¡Ven Señor a salvarnos!; Carta del Apóstol Santiago, 5,7-10; Evangelio de San Mateo, 11,2-11.        

                

“…Los pobres son evangelizados”

  

A este domingo se le llama “domingo de la alegría”. Ya el Apóstol Pablo nos llama a todos los cristianos, en la carta a los Filipenses (4,4), a “estad alegres, os lo repito estad alegres en el Señor”…e Isaías en la primera lectura que hemos escuchado nos pone como motivo de tal alegría y gozo, la llegada de una Promesa “el desierto y el yermo se regocijarán, se alegrará la estepa y florecerá como flor de narciso, se festejará con gozo y cantos de júbilo”. 

Pero, qué lejos de nosotros está esa alegría; hoy no encontramos motivos para estar alegres…podríamos decir que en la sociedad actual y en nuestra propia vida personal y familiar, la alegría es algo superficial, externa, bastante artificial. Sin embargo en la Palabra de Dios se nos llama a algo más profundo y radical,  porque el motivo de nuestra alegría está en lo hondo del corazón humano, ya que en él late la esperanza de un mundo nuevo, y en el fondo buscamos lo bueno, lo bello, lo verdadero porque Dios sembró su simiente divina en el ser humano y la esperanza ilumina nuestro horizonte; muchos hombres y mujeres tratan de superar la triste situación en que nos dejó el pecado y confían en poder hacerlo porque tenemos un Salvador, Cristo Jesús, el Niño nacido en Belén, el Hijo de Dios, hijo de María la Virgen, nuestro Señor que murió por nosotros y resucitó para darnos esa vida nueva: unidos en una familia de amor, fraterna y solidaria, que mira al Padre del cielo y a los hermanos, siguiendo los mandatos de Dios. 

 

Isaías nos presenta las acciones liberadoras y salvíficas del Señor para con su pueblo; lo hace en futuro, sin que importe la situación actual por difícil y penosa que sea… y es que, el sufrimiento y el dolor no tendrán la última palabra. Dios nos abre al futuro, Él está siempre en nuestra realidad del día a día para dar sentido a la cruz de cada uno, pero, nos llama al futuro, con su Palabra nos abre a un horizonte nuevo, donde brilla la luz, más allá de lo inmediato y tangible, lo cual está oscurecido por el pecado de nuestras pasiones y egoísmos. Isaías habla de una Promesa a los seres humanos y a toda la creación, porque todo será restaurado en Cristo, quien se entregó por nosotros para restaurar todo lo creado y de esa manera nos entreguemos unos a otros en el amor fraterno en favor del débil, del vacilante del que no tiene protección. 

El Apóstol Santiago introduce un tema muy importante en nuestra realidad actual como ciudadanos y creyentes: LA PACIENCIA. Sed pacientes ante el desarrollo de la vida cristiana; sed pacientes ante la venida del Señor, que no fallará; sed pacientes ante la solución de los problemas, sin perder el empeño por llegar y siempre haciendo cada uno lo que debe de hacer (el ejemplo de la siembra y del agricultor nos puede iluminar sobremanera) siempre, desde luego, iluminados por la fe la cual da fuerza a la paciencia y la colorea con la esperanza viva y operante. 

El Evangelio de Mateo que nos alumbra en este Adviento, nos va presentando al “enviado”, cada domingo; en el primero, Jesús ha sido presentado como “Hijo de Dios”. En el segundo el Bautista lo ha presentado como el que ha de venir, ya está ahí, le supera tanto que no es digno de desatar sus sandalias, bautizará en Espíritu y fuego; Él reunirá el trigo y lo separará de la paja. Ahora en este tercer domingo, toma una nueva perspectiva, la dificultad, la duda y el rechazo; Jesús se encuentra con un ambiente en el que se ha extendido la duda sobre su persona y su sobre su misión. ¿Eres tú a quien esperamos, el que ha de venir? Nosotros también podemos preguntar a Jesús con el mismo Juan… y conviene escucharle porque a lo mejor nos hace caer de las ideas falsas que tengamos y ponernos cara a cara con Él. Mirad que el mensaje de su presencia viene también cargado de la inquietud, la necesidad de buscarlo y el deseo de esperarlo, y no lo olvidemos, hacerlo presente. ¿Qué contempláis en Adviento? ¿A quién esperamos y hacemos presente? ¿Cómo puede evangelizar desde la alegría? Miremos lo que Jesús dice de sí mismo, esta Palabra, que es Jesús mismo, nos interpela hoy: 

 “Id y anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo, los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen y los pobres son evangelizados. ¡Y bienaventurados los que no se escandalizan de mí!” 

  

San Juan Bautista
Tiziano, Vecellio Di Gregorio
1550 - 1555
Óleo, Lienzo, 195 cm (H); Ancho: 127,5 cm (A)
Procedencia: Museo de la Trinidad
©Museo Nacional del Prado

 

He aquí vuestro Dios. Viene en persona y os salvará. Decid a los inquietos: Sed fuertes, no temáis. Los dominan el gozo y la alegría. Quedan atrás la pena y la aflicción (Is. 35,4.10) Esperad con paciencia y fortaleced vuestros corazones, porque la venida del Señor está cerca. (Santiago). 

Y una pregunta más ¿Tiene el mundo actual, necesidad de Jesús, el Salvador? 

El Mesías que viene es el que evangeliza a los pobres, anunciándoles la liberación de toda esclavitud; viene a devolver al ser humano la capacidad de ver, oír, conocer y amar a Dios y al prójimo como hermano. Viene a darnos la paciencia y fortaleza, el gozo y la alegría, la liberación, que es posible porque el Señor viene en persona, Dios, hecho hombre como nosotros. Emmanuel=Dios con nosotros.

 Así que este domingo ha de despertar en nosotros los sentimientos de alegría y paz, porque Cristo está cerca y libera a los hombres de sus males.  

 Así que todos procuremos un día de regocijo, pero teniendo en cuenta, que Dios hecho hombre es la causa, para los más pequeños, débiles y sencillos. 

Antonio Aranda Calvo. Sacerdote.

 

 

 


miércoles, 7 de diciembre de 2022

DIA 8 DE DICIEMBRE SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA.

 



Lienzo de La Inmaculada, emplazado en la parte alta de la calle lateral derecha del cuerpo del retablo del convento de las Carmelitas Descalzas en Jaén.

LECTURAS: Génesis 3, 9-15-20; Salmo 97 “Cantad al Señor un cántico nuevo porque ha hecho maravillas”; Efesios 1, 3-6. 11-12; Evangelio de Lucas 1, 26-38.


“AVE MARÍA PURÍSIMA SIN PECADO CONCEBIDA”

 Virgen María, Madre de Jesús,

Inmaculada y limpia en tu concepción

Mira nuestras vidas faltas del amor,

Llénalas de Gracia, Hija de Dios

Plena del Espíritu, tu Esposo y Señor,

Protege a tus hijos con tu mediación.

 

Mujer de Esperanza, ¡acompáñanos!

En este camino de Adviento,

Llénanos de amor, de alegría y de fe,

Que seamos fieles, a nuestro Señor,

Y la conversión de nuestras vidas,

Llene de paz el corazón.

 

 Virgen y Madre, Señora nuestra,

Mira a este mundo, derrama tu bien

Que empapen el alma, las lágrimas

De esos tus ojos misericordiosos,

Muéstranos a Jesús, el fruto bendito,

Que viene a los suyos y nace en Belén.

 

La Solemnidad de la Concepción Inmaculada de María, que la liturgia sitúa en el tiempo de Adviento, nos lleva a mirar a la Virgen como eficaz colaboradora en el Misterio Cristiano, como Madre del Salvador; nos invita a contemplarla como ejemplo de fidelidad al Padre Dios y gozar en nuestro corazón al verla llena del Espíritu Santo y por ello bendita entre todas las mujeres: “Ella nuestra honra y nuestra gloria, la alegría de nuestro pueblo”. A Ella la que podemos invocar como señora e intercesora en nuestro caminar diario al encuentro con Cristo en el camino de la vida, este camino de Adviento que nos lleva a Belén. Vamos al encuentro con Cristo en este Adviento… necesitamos una esperanza viva ¡Madre de la Esperanza, llévanos hasta Él! Sabemos que la Estrella que nos conduce a Cristo es María, su Madre. ¡Nadie mejor que Ella! La estrella que anuncia el sol. La Iglesia la llama Madre de la esperanza y Ella nos apoya en la búsqueda de su Hijo, Nuestro Señor Jesucristo.


Lienzo de La Encarnación, emplazado en la parte alta de la calle central  del cuerpo del retablo del convento de las Carmelitas Descalzas en Jaén.

Ella recorrió, su camino de fidelidad a Dios y servicio a los hombres, con el corazón lleno de esperanza y de alegría, corazón grande de Madre y eterna juventud. Acerquémonos, por eso, a la Virgen Inmaculada, bendito lugar de encuentro y de confianza y seguridad que es María. Con su luz, la Virgen Inmaculada, enciende también en nosotros la esperanza de Cristo y nos precede en el camino hacia Belén y desde aquí, hasta el Reino, desde donde el Rey y Señor vendrá para llevarnos al Padre. ¡Ven Señor no tardes!

Ella nos ilumina para saber apoyar en el Señor todas nuestras esperanzas humanas, poniendo los ojos en el cielo. Y como la vida de María, así también la nuestra se llenará de alegría, de un entusiasmo que no pasa, de una eterna juventud.



Retablo de la Inmaculada Concepción
(Bernardo de Ocaña.1786)
Madera tallada policromada y dorada.
Pinturas: Anónimas. Óleo sobre lienzo
Capilla de la Inmaculada Concepción.
S. I. Catedral de Jaén. 

Queridos hermanos, pidámosle, por eso, a la Virgen Nuestra Señora, que nos ayude a construir una Iglesia de la esperanza, apoyada firmemente sobre la roca de Cristo. Solo sobre este fundamento podremos edificar un futuro mejor de nuestra patria, nuestro pueblo y nuestras comunidades cristianas. Para ello, debemos empezar apoyando en esa roca nuestras esperanzas personales,  proyectos humanos, alegrías e ilusiones, que a veces quedan envueltos en intereses terrenos.

      Porque una Iglesia renovada, un mundo fraterno una sociedad más justa, sólo se construye con hombres y mujeres de esperanza, alegres y confiadas, que han tenido un encuentro vital con Cristo en el corazón de María. ¡Que la Madre de la santa esperanza nos ayude en esta misión!

     Ella preanunciada en el libro del Génesis como la Mujer que aplastará la cabeza de la serpiente y hará posible que volvamos a Dios; Ella, la Mujer que aparece en un horizonte esperanzador, ennegrecido por Adán y Eva al romper con su creador; Ella restablece la obra de Dios y por Ella llega el esperado de las naciones, por ella se cumple la Promesa del Señor:

María abierta al Amor de Dios, por ello, “aquí está la esclava del Señor, hágase en mi según tu Palabra”

- Espera la acción de Dios

- Hágase en mí según tu palabra

- Acoge a Jesús,

- Da a conocer a Jesús

- María madre de todos los Salvados en Cristo

Antonio Aranda Calvo. Sacerdote.

Nota: A continuación encontraréis, a modo de epílogo, la vida de la virgen recreada en ocho pequeños lienzos conservados en el museo Carmen Thyssen (Málaga). Esta parte se debe a Miguel Mesa Molinos, colaborador valioso en este blog, a quien damos las gracias.


































viernes, 2 de diciembre de 2022

SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO. 4 DE DICIEMBRE. 2022

 


LECTURAS: ISAIAS 11, 1-10. SALMO: “Que en sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente”. CARTA A LOS ROMANOS 15, 4-9. EVANGELIO DE SAN MATEO 3, 1-12.

   El Reino de Dios ha venido, ha llegado a nuestra vida, está en medio de vosotros. He aquí el mensaje central, que hemos de recibir y que, a la vez, se convierte en nuestro quehacer, nuestra misión: ANUNCIAR A CRISTO JESÚS; y porque le amamos y le seguimos es lo primero que deben amar y seguir los que nos escuchen… (Primer anuncio) así lo hacemos presente en medio de la sociedad donde nos desarrollamos. Se trata de anunciar, “este es Jesús para mí” y “así se vive en mi comunidad” Se lo diremos con palabras, con obras, con la propia vida… prepararemos el camino del Señor para que llegue a todos: ¡Preparad el camino del Señor! 

   En la Palabra de este Domingo, de nuevo aparece Isaías, anunciando y describiendo al Mesías, como el vástago de David sobre el que descenderá el Espíritu del Señor, sabiduría y entendimiento; consejo y fortaleza; ciencia y amor a Dios…Salvará al pobre y desgraciado y hará de nuestro mundo un recinto de paz y fraternidad. Esta Promesa que se cumplirá en Jesús de Nazaret, pero que estamos, un poco o un mucho, alejados de ello. 

   Juan Bautista será la VOZ que anuncia a Jesús. Juan es el Gran Profeta que está al comienzo y al final de los Testamentos de este gran libro que es la Biblia. El Bautista es el último de los profetas, pues ya anuncia que ha llegado el Mesías, el gran Salvador del Mundo y será también el primero que lo señale en la persona de Jesucristo: “Este es el cordero de Dios”.  


San Juan Bautista bautiza al pueblo

Poussin Nicolas
Hacia 1633-35; Óleo sobre lienzo. 94 x 120 cm
Estilo Barroco Francés
©Museo Nacional del Louvre

Juan el Bautista es el personaje y protagonista del Adviento. Desde el domingo pasado estamos preparando nuestro corazón para encontrarnos con Dios, con Jesús su enviado, Hijo de Dios e hijo de María. Se inicia el Evangelio de este domingo con una expresión muy importante y significativa: “Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios”. La primera enseñanza de este Evangelio es presentar a Jesús, lo más importante, el Hijo de Dios. Después de hacer esta afirmación el Evangelio cuenta la profecía de Isaías: “Yo envío mi mensajero” y a continuación la figura de Juan el Bautista quien dice “preparad el camino del Señor, allanad sus senderos”. Y este es el gran mensaje. 

 

Bautismo de Cristo
Tintoretto, Domenico
Hacia 1585. Óleo sobre lienzo, 137 x 105 cm
©Museo del Prado

 

¿Hacia dónde camina el Señor? ¿Cuál es su misión? Misión dirigida a la humanidad, que es morir y resucitar para salvarnos del pecado y de la muerte y una misión hacia dentro de tu propio corazón y de cada uno. Por eso cuando se dice preparad el camino del Señor, se nos está diciendo: haced un camino al Señor que llegue hasta vuestro corazón. El sentido de este tiempo de Adviento, "preparad un camino al Señor para que llegue a vuestro corazón".

- Un camino bueno para que el Señor pueda caminar hacia nosotros, camino de apertura a Él, pidiéndole que aumente en nosotros la fe, la esperanza, la caridad. 

- Quitar los estorbos que entorpecen el camino: estamos bautizados en Cristo Jesús, pero nos sigue llamando a la conversión: volver más y más nuestra mirada a Cristo, identificarnos con Él por el amor, aprender de su estilo, seguir sus mandatos: cristianos que traslucen a Cristo Jesús con su vivir y obrar y así le van anunciando en el quehacer de cada día y entre los diversos grupos con los que trata.

Vamos a intentar, en esta segunda semana del tiempo de Adviento, a la hora de mirar nuestro corazón, descubrir en qué tenemos que convertir y cambiar de vida. Miremos a la Santísima Virgen María, próximos días 7-8 INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA SANTÍSIMA, LA MADRE DE JESÚS, que Ella nos acompañe en la espera de Jesús y Él nos ayudará a cambiar y rellenará los agujeros de nuestro corazón, para convertirlo en cuna mullida para su llegada.

 Antonio Aranda Calvo. Sacerdote.

 

 


EN LA FIESTA DE LA VIRGEN DEL CARMEN 16 de Julio.

  (Dedicado a los fieles de Monte Lope Álvarez en la Fiesta de su PATRONA )   !VIVA LA VIRGEN DEL CARMEN! ¡Virgen del Carmen! Reina de mares...