LECTURAS:
Hechos de los Ap. 15, 1-2. 22-29; Salmo:
Oh Dios que le alaben todos los pueblos, que todos los pueblos te alaban” Apocalipsis:
21, 10-14. 22-23; Evangelio de S. Juan, 14,23-29.
I.- Avanzamos en la celebración pascual, camino de la Ascensión y Pentecostés. La Comunidad Cristiana va madurando; hoy la primera Lectura nos presenta un paso definitivo: “Por la Gracia de Jesucristo y la Fe en Él, el hombre es salvado” Y NO MÁS. No es necesaria la práctica del judaísmo; los paganos son igualmente admitidos si se convierten a Jesús y dan testimonio de la fe en Él. Esto escandalizaba a muchos, pero, valientemente, Pablo y Bernabé plantearon la cuestión y la comunidad se reafirmó en ello. Si no fuera así, ¿Dónde quedaría lo que Jesucristo había hecho por los hombres? ¿De qué valdría la muerte y la resurrección de Jesús? En definitiva: ¿Qué salva: la Ley o Cristo? *Pablo, nos dice que todos partimos de cero, que no cuenta ya ser de origen judío o pagano; la herencia o la tradición. Ante Dios, ante Cristo, estamos todos en igualdad de condiciones. Lo más que existe es una diferencia cultural, pero eso no pesa ante el Dios de la misericordia, de la gracia y del Amor… por tanto no es una prerrogativa de salvación. La comunidad asistida por el Espíritu es la que zanja el problema. El texto de hoy es un resumen del llamado “Concilio de Jerusalén” y nos muestra la conclusión más importante. *Desde luego, esto no significa “antisemitismo” pero lo cierto es que el cristianismo encontró su identidad abandonando la Ley judía por un Cristo crucificado y resucitado. Eso es irrenunciable, y para nada es desprecio a la cultura y religión judía.
2.- El Apocalipsis continúa con la esplendorosa visión del futuro de la
Comunidad (Iglesia) la nueva Jerusalén sin templo,
porque es el mismo Señor, presencia viva de amor y fidelidad. Es la utopía de
la felicidad que todos buscamos desde la visión cristiana del mundo y de la
historia. Es una afirmación cargada de símbolos, que significan una realidad
absoluta; porque el Dios de Jesucristo, es el futuro del hombre. *Hablar del futuro, sin recurrir al pasado
y al presente, sería perder el sentido de la historia… Desde Cristo, el
pasado-la historia de la humanidad será transformada… y el presente es asumido
por el mismo Jesús, Dios-encarnado en esa historia humana. Aunque lo importante
de esta visión es poner de manifiesto que todo será como Dios ha previsto, La nueva Jerusalén es una forma simbólica de
hablar de un futuro que estará plenamente en las manos de Dios.
(1608-1614) El Greco
Óleo de 224,8 x 199,4 cm,
(Pintado en los últimos años de su vida para un altar lateral de la iglesia de San Juan Bautista de Toledo. Conocido también como Visión del Apocalipsis o Apertura)
Propiedad del Metropolitan de Nueva York
III. Evangelio: Juan (14,23-29): El amor debe transformar el
mundo
1.- El Evangelio de hoy nos sitúa en el discurso de despedida de la última cena del Señor con los suyos. Jesús trata de dejar bien claro que su palabra (Jesús es la Palabra hecha carne) es la palabra del Padre, y que cuando Él no esté entre los suyos, sus seguidores, esa misma palabra no se agotará, sino que el Espíritu Santo completará todo aquello que sea necesario para la vida de la comunidad y de cada cristiano. Según Juan, Jesús se despide manifestando su fidelidad al Padre y pidiendo para sus seguidores la misma fidelidad, además les deja el regalo, el don de la paz con la que superar todos los contratiempos de la vida, porque esa Paz no es como la que da el mundo.
En todo caso, es patente que esta lectura nos va preparando a la fiesta de Pentecostés.
Maella, Mariano Salvador
Copyright de la imagen ©Museo Nacional del Prado
La propuesta del Evangelio es sencilla: quien ama está cumpliendo la voluntad de Dios, como Jesús ama al Padre y así cumple su Voluntad. Los discípulos han de seguir ese camino del amor y la fraternidad… Así quien verdaderamente ama en el mundo, también estaría integrado en este proceso de transformación “trinitaria” que se nos propone en el escrito evangélico. Cristo unido al Padre, nosotros-la iglesia unidos en su Amor, el Espíritu Santo que se nos envía para llevar a cabo la obra salvadora formamos el DIVINO MISTERIO DE AMOR que salva a la humanidad.
Antonio Aranda Calvo. Sacerdote.