(LECTURAS: Hch. 4,33; 5, 12-27-33; 12.2; Salmo 66 ¡Oh Dios que te alaben todos los pueblos!; 2ª Cor., 4, 7-15; Mat. 20,20-28. )
REFLEXION: La Palabra de Dios que ha sido proclamada, nos ofrece a las comunidades cristianas de España una luz para reflexionar sobre la vivencia de la fe que recibimos de los apóstoles. La historia evoluciona y los hombres y mujeres de cada época hemos de saber vivir nuestra fe, que no cambia, según exige cada momento (inculturación). La fe siempre ayuda a ver la mano del Señor en los acontecimientos, los cuales necesitan ser iluminados por la luz del evangelio. Esta vivencia del Evangelio nos ha sido trasmitida por la predicación apostólica, que no debemos confundir con algunos datos que nos ha trasmitido la tradición, aunque sea secular, (….?) sino que hemos de fundamentarla en la misma Palabra de Dios. Sabemos que Santiago fue uno de los tres apóstoles íntimos del Señor. El evangelio ha dejado claro el estilo de los hermanos, Santiago y Juan, “hijos del trueno” apelativo que hace referencia a su carácter impetuoso y presuntuoso. Jesús les fue puliendo y después de la Resurrección demostraron que “podían beber del cáliz”. De hecho, Santiago fue el primero de los apóstoles que entregó su vida, Juan el último.
I.- El Libro de los Hechos nos dice claramente que “los apóstoles
daban testimonio de la resurrección del Señor con mucho valor”. Tanto que se
enfrentaron a grandes dificultades, incluso con las autoridades religiosas y
políticas de su tiempo. Ellos consecuentes con la trasformación que habían
experimentado, fueron capaces de proclamar: “Hay
que obedecer a Dios antes que a los hombres”. Y se
presentaban como testigos de “Jesús a quien vosotros matasteis…” Por eso “el
rey Herodes hizo decapitar a Santiago, hermano de Juan”. Esta es la
verdadera tradición que nos viene directamente de la Palabra revelada y que hoy
hemos proclamado. Se nos ofrece una oportunidad para vigorizar las raíces
apostólicas de nuestra Iglesia que peregrina en España y en los pueblos hermanos
de América. El ejemplo de los apóstoles responde a convicciones profundas.
Testigos hasta con la vida, ¿Cómo es nuestra vivencia de Fe?
II.- La segunda lectura muestra que los apóstoles eran personas de carne y hueso, igual que nosotros, con sus grandezas y debilidades. Pablo pone los pies en el suelo. A los Corintios les advierte: “Este tesoro (la fe apostólica) lo llevamos en vasijas de barro…”. Somos limitados y por eso hemos de reconocer: “…que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros.” Esto es lo que ha de mover a toda persona creyente a actuar “por causa de Jesús”. Así venceremos los intereses egoístas, dejando que el amor y la gracia de Dios irradien a través de la propia persona. La conciencia de la propia debilidad y limitaciones, ayuda a hacer visible la acción de Dios.
III.- San Mateo nos cuenta que
los intereses humanos por ocupar los primeros lugares de honor, el interés
personal por ser distintos y por encima de los otros, también anidaban en los
que habían querido seguir a Jesús. JESÚS NO HABÍA VENIDO A
SER SERVIDO SINO A SERVIR. Así se trasforma las vidas de los discípulos con su
cercanía al Maestro. Aquí basamos nuestra esperanza de que nuestras vidas
también pueden ser trasformadas. Ellos aceptaron
“beber el cáliz” y nosotros somos hijos de esa experiencia. La fiesta de
Santiago, nuestro Patrono, es una gran invitación para que en nuestras
comunidades cristianas prevalezca el servicio y que nuestras vidas las pongamos
a disposición de los demás. Esta sería la mejor manera de hacer un verdadero
camino hacia la tumba del Apóstol en Santiago. Seriamos de verdad una “Iglesia
en salida”, no instalada en si misma. El seguimiento de Cristo nos impulsa al
servicio de los hermanos. Agradezcamos a
Dios el don de la fe, a los Apóstoles (Santiago) que nos lo transmitieron, a
nuestros antepasados y a nuestra cultura que lo conservaron y procuremos ser
cristianos de nuestro tiempo, buscando los medios adecuados para que el
testimonio y la palabra sean comprensibles y cautivadores para la sociedad de
hoy.
Santiago el Mayor (1634)
RIBERA
Museo de Bellas Artes de Sevilla
Antonio Aranda Calvo. Sacerdote.
Nota: A continuación, encontraréis a modo de epílogo, el inicio del “Camino de Santiago” por el “Camino de invierno” realizado por Miguel Mesa Molinos en 2014, colaborador valioso en este Blog, animando desde aquí a los peregrinos que se inicien en el camino a que se llenen del espíritu que llevo al Apóstol Santiago a estas tierras.
