Pan partido y Sangre derramada en el Pan y Vino significados, entrega por todos y para todos; lavatorio de pies, “ejemplo os he dado para que vosotros hagáis otro tanto…” y por fin el traidor salió a la noche oscura del pecado, para llevar a cabo su traición: La entrega del Hijo del Hombre: Judas Iscariote, el que le traicionó.
EL LAVATORIO
Aquella cena para la cual los padres habían dejado, todo bien reglamentado: los alimentos, el condimento, los gestos. La Cena que significaba la “pascua”, el paso del Señor, libertad para las casas, para las familias israelitas, celebrar la libertad para ser y vivir como el pueblo designado por Dios, de donde saldría el Salvador definitivo de toda la humanidad. Allí estaba todavía el signo de la sangre del cordero sacrificado al atardecer, en cada puerta israelita… y así el ángel exterminador pasaba de lejos.
Cena Sagrada, que ahora se trasforma, alcanzando su plenitud; presencia real, sacrificio hacia el Padre a favor de los hijos, alimento para ellos, perpetuado por los siglos, regalo nupcial para su Iglesia, amada esposa. Y es que “habiendo amado a los suyos los amó hasta el final, y hasta donde no se podía más…” pues “Nadie tiene más amor que quien da la vida por la persona amada” Y de aquí la Eucaristía Santa, el Sacerdocio Real, Misterio Sacrosanto, Santísimo Sacramento.
Cena de despedida, sentimientos profundos, últimos mensajes. Testamento de Amor: os lavo los pies porque quiero ser vuestro servidor, ejemplo os he dado para que vosotros hagáis lo mismo: servir… a ello se unió el mandato, Mandamiento Nuevo de Amor como Él nos amó: “un mandamiento nuevo os doy, que os améis unos a otros como Yo os he amado”.
Entre las tinieblas, Judas ultimó la entrega, treinta monedas de plata, compra del cordero sin mancha, como José el hermano menor… Y todos terminan la Cena, cantan y rezan los himnos del ritual, bajan el Cedrón y llegan hasta el Huerto, donde solían descansar. Avanza la noche, entramos en viernes, Viernes de Pasión.
¡JUEVES
SANTO DÍA DEL AMOR. CÁRITAS, INSTITUCIÓN DE LA IGLESIA, RECIBE NUESTRA
APORTACIÓN PARA LOS MÁS NECESITADOS!
Antonio
Aranda Calvo. Sacerdote.