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viernes, 23 de septiembre de 2022

DOMINGO XXVI T.O. 25 DE SEPTIEMBRE 2022

 

“A su puerta... yacía un pobre”  

LECTURAS: Amós, 6, 1ª. 4 -7; Salmo 45. “Alaba, alma mía al Señor”
I Timoteo 6, 11-16. Evangelio de San Lucas 16,19-31.
 

    La Palabra de Dios tiene, como el domingo pasado, un contenido social, pero no sólo eso, se nos pide una revisión de nuestro estilo de vida, de los valores que dirigen nuestro sentir, querer y hacer…

    El Profeta Amós, exigente y duro, se muestra crítico y riguroso con la sociedad de su época, sociedad del bienestar, del consumo y del dispendio. En ese ambiente de bienestar, ¡podría parecer extraño! crece el ansia de poseer más y más, acumular bienes materiales, aún a costa de los que menos tienen. Es lo que se delata en la primera lectura.  

    El texto de San Pablo a Timoteo es una invitación a mantener y cultivar la fe, a ser coherentes con los principios cristianos, guardar los mandamientos sin mancha ni reproche, sabiendo que lo primero es la Caridad, el Amor, tanto en la comunidad cristiana, como en medio de la sociedad, dentro de la cual nos desenvolvemos; esto implica la construcción de un mundo más justo, donde todos tengan la posibilidad de realizarse, de participar de los bienes de la tierra, con los derechos y dignidad de toda persona humana, hombres, mujeres, niños, ancianos...y la familia. 

    San Lucas continúa su enseñanza, mientras sube hacia Jerusalén, donde concluirá la misión en la Cruz; y lo hace con este bello relato “del rico epulón y el pobre Lázaro” en el cual se nos muestra un cuadro no sólo de aquel tiempo, sino también del momento en que vivimos, reflejo de la sociedad a lo largo de los siglos:   

 

El evangelista San Lucas
Sans Cabot, Francisco
Copyright de la imagen ©Museo Nacional del Prado

 

    Una vez más es San Lucas quien nos transmite en esta magnífica parábola de Jesús: la escena que cada día se repite en nuestro mundo, y a lo largo de la historia y la que quizás ya nos hayamos acostumbrado. La cuestión de los pobres y los ricos es uno de los grandes temas que caracterizan el Evangelio de Lucas, cuyo significado y alcance se afrontó largamente en la historia del cristianismo. 

+Un rico: con ropas de gran lujo; banquetes espléndidos, cada día… despilfarro, hasta derrochar y malgastar… 

+Un mendigo: pobre, hambriento, lleno de úlceras, tirado al suelo, para quien los perros eran su único consuelo.  

+Un rico que ni siquiera tenía nombre… La palabra ‘epulón’ no es un nombre propio, sino el título de una persona que pertenecía al grupo de los ‘epulones’, los cuales dirigían los ‘épulos’ o banquetes que se hacían en la Antigua Roma, en honor de los dioses para aplacar su ira; tenían además que advertir los defectos o faltas ceremoniales que se pudieran cometer en los sacrificios. Así el diccionario define al ‘epulón’ como un hombre que come y se regala mucho. En la parábola al rico, se le llama ‘epulón’ por la vida regalada con que se le describe.  

+Y allí, tirado a la puerta, estaba el pobre “Lázaro”, que significa “ayudado de Dios”. Esta es la única parábola que contiene un nombre propio: el pobre Lázaro, ‘Dios ayuda’, y aunque en el texto bíblico no se indica directamente, se asoció al pobre Lázaro con un enfermo de lepra, en razón de la presencia de llagas en su cuerpo, de donde derivó el término ‘lazareto’, el hospital o casa donde eran recluidas las personas con enfermedades infecciosas en general, y con lepra en particular. Así, por derivación de la palabra del Evangelio de Lucas, Lázaro es considerado el patrón de los mendigos, de los leprosos, y de todos aquellos que padecen úlceras o enfermedades de la piel. En la iconografía se le representa acompañado por perros que le lame las llagas. 

 

 

Lázaro y el rico Epulón
Bassano del Grappa, Véneto, 1557 - Venecia, 1622
Hacia 1570. Óleo sobre lienzo, 150 x 202 cm
Copyright de la imagen ©Museo Nacional del Prado


    Las interpretaciones 

    La parábola muestra el comportamiento antiético del rico epulón con el pobre Lázaro, al que hizo referencia nuestro Francisco de Quevedo, insigne escritor del Siglo de Oro: ‘A las puertas del rico avariento y glotón siempre es desprecio de sus umbrales al pobre, a quien no sólo niega su mesa lo que tiene, sino lo que se le cae. No hubiera pobre sin socorro, sino hubiera avariento sin caridad. Pero venían los perros y le lamían las llagas. Veis aquí los perros curando las llagas del pobre, y al rico acrecentándolas. Veis aquí a Lázaro que convida a sus llagas a los perros, y al rico que niega de su mesa las migajas que da a sus perros. ¡Considerad cuánto peor y más rabiosa es el hambre avarienta, que el hambre canina!’. 

    El biblista Luis H. Rivas sostiene que los detalles de esta parábola contienen elementos alegóricos. Así:  

+El rico sería el pueblo judío, que tiene por padre a Abraham, y a Moisés, además tiene a los Profetas y sus enseñanzas. A pesar de ello este pueblo no aceptó el mensaje de resurrección de Jesús. Ese pueblo es rico porque recibió una gran cantidad de bienes por parte de Dios: la elección, la alianza, los mandamientos, el culto y la predilección de Dios. 

+ Los pobres serían los no judíos, quienes no recibieron nada de eso, pero se sienten amado de Dios y salvados por la Sangre de Cristo. 

    Conclusión 

    Pensemos por fin que el Evangelio de Lucas no hace referencia solo a la desigualdad en la distribución de los bienes materiales y a la necesaria solidaridad y caridad cristianas, sino que es un reflejo de la trascendencia de la vida humana. 


    No hemos sido creados para este mundo pasajero y limitado, sino para la vida eterna. El que se apega a las cosas materiales, como el rico epulón, se verá despojado de todo tras la muerte, pues lo único que ha acumulado en vida, las riquezas, también perecerán. 


    Sin embargo, lo que propone Jesús con esta parábola, es vivir en este mundo con los ojos y el alma puestos en el cielo; busquemos nuestra verdadera patria y nuestro verdadero fin.

    RECORDEMOS LO QUE DICE EL SEÑOR: ¡Qué difícil es que los que tienen riquezas entren en el Reino de Dios! ‘Pero ¡ay de vosotros, los ricos! Porque habéis recibido vuestro consuelo’… y escuchemos esta Palabra a la luz de la Parábola 


Antonio Aranda Calvo. Sacerdote. 







 

 

 

 

EN LA FIESTA DE LA VIRGEN DEL CARMEN 16 de Julio.

  (Dedicado a los fieles de Monte Lope Álvarez en la Fiesta de su PATRONA )   !VIVA LA VIRGEN DEL CARMEN! ¡Virgen del Carmen! Reina de mares...