Nuestra Señora la Virgen del Rosario
Patrona de Segura de la Sierra
Iglesia parroquial La Virgen del Collado
“El Amor verdadero, meta
del hombre y de la mujer”
I.- El libro del Génesis
nos presenta la creación del hombre y la mujer, como el culmen de la acción
creadora de Dios. Claramente nos expresa que el hombre, el
varón, no es nada sin la mujer; sería la pura soledad. Así que Dios, no ha
creado a la mujer del hombre, sino que es una forma de poner de manifiesto que
tienen la misma dignidad y mutuamente encuentran en el diálogo, en el afecto y
en el amor, lo que en Dios es pura unidad de paternidad y maternidad a la vez.
Eva,
como Adán, son nombres genéricos, que significan el comienzo de la humanidad, a
través de lo cual, Dios ha comprometido todo su ser en la creación del hombre y
la mujer, de la humanidad entera…, que han de unirse en amor creador de
paternidad y maternidad, para que este mundo sea ámbito de felicidad.
II- Jesús es verdaderamente Hijo de Dios, Dios de Dios, Luz de
Luz, Dios Verdadero de Dios Verdadero… y
esto es tan importante como… confesar a
Jesús hermano nuestro, que se compadece de nosotros y da la vida por nosotros.
Su muerte en favor de toda la humanidad nos habla de la solidaridad de Dios con
el ser humano, como se había comprometido a ello desde la misma creación. Él,
Jesús, es el que nos ha abierto el camino de la salvación.
III.-Marcos en el Evangelio proclamado presenta la disputa de la
época entre las dos corrientes de interpretación del texto en cuestión, (Deuteronomio) : una interpretación
estricta (había que actuar según la ley) y otra permisiva (cualquier cosa era
válido)… en esta situación siempre ganaba el hombre que hacía y hasta
interpretaba las leyes… Pero a Jesús no se le está preguntando por las causas
del repudio que el varón llevaba a efecto
siempre contra la mujer; por lo
menos Jesús desvía el asunto a lo más importante. Recurrirá a la Torah (ley)
para poner en evidencia lo que los hombres inventan y justifican desde sus
intereses, y se apoya en el relato del Génesis, que hemos escuchado. Así Jesús
presenta claramente que Dios ha creado
al hombre y a la mujer para la felicidad. ¿Cómo, pues, justificar el desamor?
¿Por la Ley misma? ¿En nombre de Dios? ¡De ninguna manera! Jesús aparece como
radical, pero es para defender a la mujer de la tiranía del varón, como ya
había hecho en otras ocasiones: En el caso del Deuteronomio la mujer no tenía
posibilidad de repudio, ni de separación o divorcio. Pero es más, Jesús sabe
que todas las leyes y tradiciones que consagran las rupturas del desamor
responden a los intereses humanos, a la dureza del corazón; por lo mismo,
también el texto de Dt 24,1. Como la mujer encontrada en adulterio que no tiene
más defensa que el mismo Jesús.
Jesús
hace una interpretación profética del amor matrimonial partiendo de la
creación, que todos hemos estropeado con nuestros intereses, división de clases
y estamentos. Y es que Jesús quiere decirnos que el garante de la
felicidad y del amor es el mismo Creador. A Él debemos recurrir siempre.
IV.-Ante el texto de los niños, me brota esta oración: ¡Abrázame
Jesús como abrazabas a los niños de tu tierra… pero para ello hazme capaz de
recibir tu abrazo…!
Al
rechazo de los niños por parte de los Apóstoles, porque son los que menos valen y los que enredan,
JESÚS RESPONDE SEVERAMENTE, esto no debemos dejarlo pasar… Porque de ellos es
el Reino de los Cielos: debemos ir a
Dios con fe no pueril, sino con la fe del que confía en Dios de la misma manera
que un niño confía en su padre – y le deja todos los problemas confiadamente en
sus manos de padre. La enseñanza no está en que los niños sean
“Buenos y humildes” que algunas veces no lo son, sino en que todo lo reciben, no sienten la necesidad de
ganarse algo con méritos propios lo que engendra el orgullo de los mayores…
Ellos reciben y nosotros recibiremos el Reino de Dios no por lo que hagamos o
ganemos, sino por la Gracia de Dios.
Antonio
Aranda Calvo. Sacerdote.