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martes, 1 de marzo de 2022

ORIENTACIONES PARA LA CUARESMA 2022

 



La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua, para redescubrir a Cristo y poder vivir más cerca de Cristo. La Cuaresma dura 40 días; del Miércoles de Ceniza hasta la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo. Sobre todo, los domingos debemos vivir más intensamente como hijos de Dios. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio pascual.  

Cristo nos invita a cambiar de vida. La Iglesia nos invita a vivir la Cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando en la intimidad y comunitariamente, compartiendo con el prójimo y haciendo buenas obras. Por ello, la Cuaresma es el tiempo del perdón y de la reconciliación fraterna… “El Señor os ha perdonado haced vosotros lo mismo”. Cada día y durante toda la vida, hemos de arrojar de nuestros corazones el odio, el rencor, la envidia, los celos, que se oponen al amor a Dios y a los hermanos. En Cuaresma, aprendemos a conocer y apreciar la Cruz de Jesús y así también a tomar nuestra propia cruz con alegría para alcanzar la gloria de la resurrección.  

Son 40 días. La duración de la Cuaresma está basada en el símbolo bíblico de los cuarenta días del diluvio, los cuarenta años de la marcha del pueblo judío por el desierto, los cuarenta días de Moisés y de Elías en la montaña, los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública, los 400 años que duró la estancia de los judíos en Egipto. En la Biblia, el número cuatro simboliza el universo material, seguido de ceros significa el tiempo de nuestra vida en la tierra, atenazado de pruebas y dificultades.  

La práctica de la Cuaresma data desde el siglo IV, cuando la Iglesia, después de su primer fervor tiene que renovarse, mediante la conversión, el arrepentimiento y la revisión de su caminar: Ante todo la oración, condición indispensable para el encuentro con Dios, en el diálogo íntimo, deja que la gracia divina penetre nuestro corazón y, a semejanza de Santa María, se abre al Espíritu cooperando a ella con su respuesta libre y generosa (ver Lc 1,38).  

La escucha y la meditación atenta a la Palabra de Dios, la asistencia frecuente al Sacramento de la Reconciliación y la Eucaristía, lo mismo la práctica del ayuno, según las posibilidades de cada uno.  

La mortificación y la renuncia en las circunstancias ordinarias de nuestra vida.  

La caridad y las obras buenas con el prójimo más necesitado. San León Magno decía: "Estos días cuaresmales nos invitan de manera apremiante al ejercicio de la caridad; si deseamos llegar a la Pascua santificados en nuestro ser, debemos poner un interés especialísimo en la adquisición de esta virtud, que contiene en si a las demás y cubre multitud de pecados". Esta vivencia de la caridad debemos vivirla de manera especial con aquél a quien tenemos más cerca.

 

¿Cómo vivir la Cuaresma?

 
1. Arrepintiéndome de mis pecados y confesándome

2. Luchando por cambiar

3. Haciendo sacrificios

4. Haciendo oración 


        La Pascua del Señor, constituye, sin duda, la fiesta primordial del año litúrgico. De aquí que, cuando en el siglo II, la Iglesia comenzó a celebrar anualmente el misterio pascual de Cristo, advirtió la necesidad de una preparación adecuada, por medio de la oración y del ayuno, según el modo prescrito por el Señor. Surgió así la piadosa costumbre del ayuno del viernes y sábado santos, como preparación al Domingo de Resurrección. Paso a paso, este período de preparación pascual fue consolidándose hasta llegar a constituir la realidad litúrgica que hoy conocemos como Tiempo de Cuaresma. Influyeron las exigencias del catecumenado y la disciplina penitencial para la reconciliación de los penitentes. 

           En el siglo IV se consolida la estructura cuaresmal de cuarenta días Habrá que esperar hasta el siglo IV para encontrar los primeros atisbos de una estructura orgánica de este tiempo litúrgico, aunque en Roma se vivía solo las tres semanas anteriores a la Pascua.  El período cuaresmal de seis semanas de duración nació probablemente vinculado a la práctica penitencial: los penitentes comenzaban su preparación más intensa el sexto domingo antes de Pascua hasta la Reconciliación que se celebraba en la Eucaristía del Jueves Santo. Durante el primer estadio se celebraban solo las reuniones eucarísticas del domingo, si bien entre semana existían asambleas no eucarísticas: los miércoles y viernes.  Pero a finales del siglo VI las reuniones eucarísticas se extendieron a toda la semana ¿Por qué la ceniza? Probablemente se trata de una praxis originada en la ascesis monástica y más tarde propagada entre la comunidad cristiana, aunque resulte difícil conocer sus características. 

 

 ¿Por qué cuarenta días?

  

El significado teológico de la Cuaresma es muy rico. Su estructura de cuarentena conlleva un enfoque doctrinal peculiar. En efecto, cuando el ayuno se limitaba a dos días —o una semana a lo sumo—, esta praxis litúrgica podía justificarse simplemente por la tristeza de la Iglesia ante la ausencia del Esposo, o por el clima de ansiosa espera; mientras que el ayuno cuaresmal supone desde el principio unas connotaciones propias, impuestas por el significado simbólico del número cuarenta, constituye, pues, una experiencia de desierto, que al igual que en el caso del Señor, se prolonga durante cuarenta días. La Iglesia vive un combate espiritual intenso, como tiempo de ayuno y de prueba. Así lo manifiestan también los cuarenta años de peregrinación del pueblo de Israel por el Sinaí. 

       Otros simbolismos: La cuarentena evoca la idea de preparación: cuarenta días de Moisés y Elías previos al encuentro de Yahveh; cuarenta días empleados por Jonás para alcanzar la penitencia y el perdón; cuarenta días de ayuno de Jesús antes del comienzo de su ministerio público. La Cuaresma es un período de preparación para la celebración de las solemnidades pascuales: iniciación cristiana y reconciliación de los penitentes. 


      El número cuarenta es interpretado como expresión del tiempo de la vida presente, anticipo del mundo futuro. El Concilio Vaticano II(cfr. SC 109) ha señalado que la Cuaresma posee una doble dimensión, bautismal y penitencial, y ha subrayado su carácter de tiempo de preparación para la Pascua en un clima de atenta escucha a la Palabra de Dios y oración incesante. 


     El período cuaresmal concluye la mañana del Jueves Santo con la Misa crismal —Missa Chrismalis— que el obispo concelebra con sus presbíteros. Esta Misa manifiesta la comunión del obispo y sus presbíteros en el único e idéntico sacerdocio y ministerio de Cristo. Durante la celebración se bendicen, además, los santos óleos y se consagra el crisma.
 


      El tiempo de Cuaresma se extiende desde el miércoles de Ceniza hasta la Misa de la cena del Señor exclusive. El miércoles de Ceniza es día de ayuno y abstinencia; los viernes de Cuaresma se observa la abstinencia de carne. El Viernes Santo también se viven el ayuno y la abstinencia. 

   

 Antonio Aranda Calvo. Sacerdote. 

 

 

 


EN LA FIESTA DE LA VIRGEN DEL CARMEN 16 de Julio.

  (Dedicado a los fieles de Monte Lope Álvarez en la Fiesta de su PATRONA )   !VIVA LA VIRGEN DEL CARMEN! ¡Virgen del Carmen! Reina de mares...