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viernes, 12 de noviembre de 2021

DOMINGO XXXIII DEL TIEMPO ORDINARIO: 2021, 14 de Noviembre.

 



LECTURAS: Daniel 12, 1-3. Salmo 15: Protégeme, Dios mío, que me refugio en Ti. Hebreos 10, 11-14.18. Marcos 13, 24-32   


“Día mundial de los Pobres”,

Instituido por el Papa Francisco.

 

Introducción: Hoy demos gracias a Dios por tantos y tantos hermanos que en nuestra Iglesia y en todo el mundo se preocupan por los pobres y tratan de solucionar sus problemas: Cáritas como institución propia de la Iglesia, Asociaciones Caritativas, Equipos y Vocalías de Caridad, ONGs de tipo solidario y caritativo… También pidamos al Señor por los más necesitados, en lo material y también en lo espiritual y religioso; que el Señor nos de la Gracia de ser sensibles a estos problemas. Deberíamos sufrir por tanta pobreza y por tantos hermanos pobres y necesitados como hay en el mundo. 

 

En el Evangelio de hoy  que nos  trae este mensaje:

 


1º.- No trata el Señor de hablarnos tanto del futuro cuanto de invitarnos a que nos preparemos para ello: “La luz que brillará en ese último día será única y nueva: será  la del Señor Jesús”, que vendrá con todos los santos y todos los que hemos amado en la vida… ÉL QUE ES NUESTRO AMOR… Aparecerá Jesús con su rostro de amor radiante, y ante Él todo ser humano resplandecerá en plenitud… en ese encuentro veremos el Rostro del Amado, fuente de luz, sin ocultación alguna. 

 2º.- Jesús también nos dice que nos espera una meta la cual, con su Gracia y nuestro esfuerzo, podremos alcanzar… y es el encuentro definitivo y pleno con el Señor y con todo lo que hemos querido en esta vida. No sabemos cómo será ese  encuentro, ni  de qué manera sucederá, pero “las palabras del Señor no pasarán”. Lo importante es que en ese día cada uno tendremos que ver si la Palabra del Hijo de Dios, Jesús, ha iluminado nuestra vida, o le hemos dado la espalda, si hemos preferido confiar en Él y seguirle o, por el contrario, hemos seguido nuestros caprichos y pretensiones… Este será el momento en que nos entreguemos totalmente al Amor del Padre, a su Misericordia y nos fusionemos con su Hijo Jesús, bajo la mirada de nuestra Madre María, abogada nuestra, y en presencia de todos los santos, que harán de intercesores. 

 3º.- Es este momento el que debemos esperar… prepararnos para llegar a esa meta, que es como semilla plantada por Dios…; a ella debemos aspirar, a ella debemos prepararnos con empeño. Y tengamos por seguro que no podremos, en modo alguno, escapar a este encuentro (llamado juicio)… ni podremos comprar el resultado aún todo el dinero del mundo, ni con las más grandes influencias… en ese momento crucial nos valdrá solo el haber cumplido la voluntad de Dios, el Mandamiento principal y único. Esto sólo  será la garantía de superarlo y con ello encontrar nuestra realización como personas humanas e hijos de Dios. 

 Antonio Aranda Calvo. Sacerdote. 

 


EN LA FIESTA DE LA VIRGEN DEL CARMEN 16 de Julio.

  (Dedicado a los fieles de Monte Lope Álvarez en la Fiesta de su PATRONA )   !VIVA LA VIRGEN DEL CARMEN! ¡Virgen del Carmen! Reina de mares...