DOMINGO XXVI T. O. 27 de Septiembre 2020

 

Bendición de Cristo

(El Greco)

 EL BUEN HIJO CUMPLE LA VOLUNTAD DEL PADRE 

 “Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas”, hemos repetido en el Salmo, y esa ternura atrae nuestro corazón con tal fuerza que nos sentimos cerca de Ti, con la necesidad de escucharte, amarte y seguirte.  

Porque tu ternura, Señor, me mira y enternece; tu ternura extiende tus manos hacia mí;  me abrazas, me acaricias… y en ellas me apoyo para seguir adelante. Tu ternura escucha mis llantos y alegrías, acoge mis gozos y tristezas y todo lo transforma en LUZ y PAZ. Tú, Señor, eres nuestra LUZ y nuestra PAZ ¡Danos, Señor, a todos y siempre esa LUZ Y ESA PAZ!  

¡Recuerda, Señor que tu Ternura y Misericordias son eternas! 

 1.- Escuchemos al Señor en la primera lectura del Profeta Ezequiel, que nos ha dicho: “Cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él salva su propia vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá». Es un aviso para todos nosotros, para hacernos conscientes de nuestra responsabilidad… somos responsables de nuestros propios actos, tanto a nivel personal, familiar como social… y cada uno de estos pasos tiene su carga: 

 * En lo personal, la propia conciencia, rectamente formada, dictará su sentencia sobre el bien o el mal realizado por cada uno de nosotros y se mostrará con el gozo y la paz que sintamos ante el bien frente al remordimiento por al mal. Ella nos condena o salva, porque la conciencia se convierte en “Voz de Dios” 

 * En lo familiar; la responsabilidad en la familia. Todos hemos de asumir esta exigencia, cada uno en nuestro puesto: padres, hijos, educadores. ¡Qué importante es el ejemplo en el seno familiar! Sólo subrayaré: +Esfuerzo de los padres en la educación de los hijos. +Esfuerzo de los hijos en la atención a los padres, sobre todo cuando están ancianos e impedidos. +El buen hacer en las relaciones matrimoniales para que no se venga abajo esta institución… 

 * En lo social: Puede parecer que nuestra responsabilidad en este plano quedaría diluida, pues ¡yo qué puedo hacer!; sin embargo somos responsables de muchos fallos sociales… con nuestras opiniones, nuestros votos, sobre cuestiones que rayan la injusticia y casi siempre contra los más débiles: Ahora se discute la “eutanasia”, cuya contrapartida esta en los “cuidados paliativos”, al fin estos quedarán sólo para los que más puedan… 

 2.- Ahora a través de San Pablo, segunda Lectura, se nos ofrece la descripción más profunda de Jesús: “Tened entre vosotros los mismos sentimientos de Cristo Jesús, El cual, siendo de condición divina no retuvo ávidamente ser igual a Dios; al contrario se despojó de sí mismo, tomando la condición de esclavo, hecho semejante a los hombres. Y así, como un hombre cualquiera, se humilló a sí mismo, hecho obediente hasta la muerta y una muerte de Cruz…” 

 HE AQUÍ EL HIJO OBEDIENTE EN ABSOLUTO AL PADRE. 

       LA INSPIRACIÓN DE SAN MATEO

[Pintura al óleo y Lienzo de Caravaggio, en la Capilla Contarelli de la Iglesia de 

San Luis de los Franceses (Roma)]

3.- El Evangelio nos insiste sobre ello, la obediencia al Padre, a través de un ejemplo muy claro, y habiendo leído la reflexión de Pablo, ya vemos lo qué  desea decirnos. 

 * Los dos hijos, a los que el Padre ama por igual, por eso los distingue enviándoles a su Viña, a lo suyo, lo que más quiere, su pueblo elegido. 

 *El mismo mandato, cargado de amor, ternura y misericordia; una distinción que los hijos ni siquiera esperan por lo que tampoco valoran: ¡cuidad de mi viña, de mis otros hijos, de los más pequeños y humildes…! 

 *Distintas respuestas, no sólo de palabras sino con obras. Y es que las palabras no importan al Señor. “Obras son amores y no buenas razones”. 

Aprendamos de estos ejemplos 

JESÚS, EL HIJO ÚNICO DEL PADRE es quien ha cumplido como nadie su Voluntad: “Aquí estoy para hacer tu Voluntad”. “Hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo”. “Yo he venido para hacer la Voluntad del Padre, y no quiero otra cosa sino que se cumpla”. “Pase de mí este Cáliz, pero no se haga mi voluntad, sino lo que Tú quieres, Señor”… Y ASÍ HASTA LA MUERTE…”Todo se ha cumplido, en tus manos encomiendo mi espíritu” 

Jesús, Nuestro Padre Jesús, tal como le vemos en su Imagen es un signo claro de cumplir la Voluntad de Dios. Aprendamos de Él. 

 

Antonio Aranda Calvo. Sacerdote diocesano