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viernes, 17 de septiembre de 2021

DOMINGO XXV del T. O. 19 de Septiembre de 2021.

 

 

“Quien acoge a un niño como este en mi Nombre, me acoge a Mi”

 (LECTURAS: Sabiduría 2,12. 17-20. Salmo 53: “El Señor sostiene mi vida”; Santiago, 3, 16- 4, 3; Marcos 9,30-37.)

¡Señor abrázame como a un niño, acógeme como hacías con ellos…  pero, para que sea posible, lléname de tu Sabiduría, hazme antes el más pequeño y el servidor de todos!  

    El Señor Jesús nos previene en este domingo contra una tentación que todos tenemos a nuestro alcance y que al caer en ella nos separa de Dios. Somos vulnerables, sentimos nuestra debilidad, que no somos perfectos… pero también nos sabemos en camino y para avanzar necesitamos de los demás, necesitamos de Dios. Pidámosle no satisfacer nuestras pasiones, sintamos la Gracia de Dios, que Él nos ama y desde esta experiencia, amemos y acojamos a los demás. 

 

  • La Sabiduría de Dios nos lleva a abrirnos a Él, que sostiene nuestras vidas y en quien únicamente podemos  apoyarnos para nuestra realización plena. Signo de Sabiduría es acoger a los demás, escucharlos, cooperar sin envidias a la realización de una vida digna de hermanos. 

  • Siguiendo la Carta de Santiago se nos invita como fruto de la Sabiduría a llevar una conducta intachable, apacible, comprensiva, conciliadora, llena de misericordia y buenos frutos, imparcial  y sincera, pues cuando esto falta vienen las luchas y los enfrentamientos. (Panorámica de la sociedad y de la misma iglesia en su estructura humana) 

  • San Marcos sitúa a Jesús continuando “su camino hacia Jerusalén”. Sabe bien lo que le espera, Pasión y Muerte, pero también sabe que estará siempre en las manos de Dios Padre, Dios de Vida y Amor. En este segundo anuncio de “su Misterio”, Jesús aparece como Maestro que enseña a sus discípulos; pero estos no entendían, ni eran capaces de preguntarles por miedo y temor  a las consecuencias de sus enseñanzas… ni querían entrar en el interior del Señor donde se vieran reflejados (deformes y malcarados) Ni si quiera Pedro, y este menos, había entendido cuando quería quitarlo de su camino… ¡lejos de Ti, eso   no puede sucederte!... 

 
  • Marcos no sólo quiere aquí enseñar a los discípulos el camino a seguir, sino a toda la comunidad de seguidores del Señor; es una enseñanza para la comunidad Cristiana, el que los seguidores de “Cristo”, los que confiesen el poder y la gloria del Mesías no pueden hacerlo desde una capa superficial de religiosidad… más o menos vacía, sino que se ha de tener los ojos fijos en el Cristo de la CRUZ y de la RESURRECCIÓN (Getsemaní, huída de todos… Negaciones de Pedro) Los discípulos no entendieron de verdad a Jesús, ni siquiera por qué le siguieron, hasta después de la Pascua. 


  • Ahora en Cafarnaún, reunidos como comunidad, lugar de confidencias…pregunta Jesús, porque quiere explicar y que puedan entenderle. Los Apóstoles siguen equivocados; ahora reciben la enseñanza y el ejemplo del Maestro: Jesús tomó a un niño (QUIZÁ, el que les servía) y lo puso ante ellos como símbolo de su impotencia. Es verdad que el niño, por sí es egoísta, quiere ser siempre el primero… y llora, porque es impotente. Cuando los adultos quieren ser los primeros, ponen en práctica toda clase de patrañas. Sin embargo, ser cristiano no entra en la categoría de los rangos y de las clases, sino de experiencias de comunión y de la aceptación de los pequeños, de los que no cuentan en este mundo.  

 


 

JESÚS BENDICE A LOS NIÑOS

Nicolás Maes
Óleo sobre lienzo, de 206 cm. X 154 cm. Compuesto entre 1652 y 1653
Barroco holandés.
En la Nacional Gallery de Londres.
 

  • Acoger en nombre de Jesús a alguien como un niño significa aceptar a los que no tienen poder, ni defensa, ni derechos; es oír a los que no tienen voz; los  despreciados de este mundo. La tarea, como muy bien se pone de manifiesto en lo que Marcos quiere trasmitir a su comunidad, no está en sopesar si los que se acogen son inocentes o no, sino mirar a la vulnerabilidad. Quizás los pequeños, los niños, los pobres, los enfermos contagiosos, no son inocentes. Es el misterio de la vulnerabilidad humana lo que Jesús propone a los suyos. Pero los “suyos” –en este caso los Doce-, discutían por el camino quién sería el mayor: una”mesianidad” mal interpretada. Es la enseñanza para el cristiano de hoy, que se debe plasmar en la Iglesia. La opción por los “vulnerables” (¡los pobres!) es la verdadera moral evangélica. 

 

Antonio Aranda Calvo. Sacerdote. 


EN LA FIESTA DE LA VIRGEN DEL CARMEN 16 de Julio.

  (Dedicado a los fieles de Monte Lope Álvarez en la Fiesta de su PATRONA )   !VIVA LA VIRGEN DEL CARMEN! ¡Virgen del Carmen! Reina de mares...