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viernes, 18 de diciembre de 2020

DOMINGO IV DE ADVIENTO 20 XII 2020.

 


  Por María nos llega Jesús, “Enmanuel”,  Dios con nosotros. 

A cuatro días de la celebración litúrgica del Nacimiento de Jesús, nacido  de María la Virgen, en el Portal de Belén, nos reunimos en el  Domingo IV de Adviento, para dar gracias a Dios, experimentar la fraternidad que nos da ser sus hijos y avivar  nuestra fe con la Palabra y la Eucaristía. ¡Bien venidos todos a nuestra celebración! 

 La Palabra de Dios nos ha ofrecido preciosos mensajes que vamos a desentrañar. 

En la primera lectura, David trata de corresponder a Dios por los muchos bienes que de Él ha recibido, haciéndole un Templo en el que habite; se trataría de recompensarle, como si se pudiera poner a la altura de su Señor. (En realidad esto no agrada a Dios) 

 Por el contrario, María, la joven muchacha de Nazaret, abre el corazón y todo cuanto Ella es,  para acoger a su Dios y le da posada en su seno; por ello MARÍA resulta ser la que encuentra Gracia ante los ojos de Dios… y así de Ella nacerá “el rey cuyo trono durará para siempre y su reinado no tendrá fin” 

  En el Salmo reconocemos el don inapreciable que Dios nos ha  prometido y que se cumple, por María, en el hijo que le anunciará el Ángel: Jesús de Nazaret, y así: “Cantaremos eternamente las misericordias del Señor” 


En la segunda lectura,  Pablo nos participa que en el tiempo, Dios reveló el Misterio mantenido en secreto durante siglos eternos, y nos ha hecho participar de él, llevándonos a la obediencia de la fe, en el Señor Jesucristo, quien da gloria y honor al Padre por los siglos de los siglos.

 4ª En el Aleluya se proclama que el “SÍ” de María irrumpió en el mundo y lo llenó de gozo, de paz y de luz, por ello cantamos jubilosos.

 5ª Llega, por fin, el relato Evangélico de Lucas, una preciosa y sencilla descripción del momento más importante de la Historia, en la que nos cuenta cómo Dios se hace hombre encarnándose en el seno de una Virgen por obra del Espíritu Santo, lo cual quiere decir que Dios se acerca a nosotros, tanto que nos funde con Él. El Dios con nosotros, el Emmanuel, se llamará Jesús, JESÚS DE NAZARET.

Resulta que  la corte celestial se desplaza a la tierra, a un lugar llamado Nazaret; Gabriel es el Ángel portavoz y anuncia el misterio a una joven virgen, desposada con un hombre llamado José de la estirpe de David. Nos da el nombre de la virgen: se llamaba María. Lo describe con naturalidad, como el que narra un sencillo relato que han de entender hasta los  niños. Y sin embargo todas las miradas se dirigen allí y se centran en Ella, por un instante parece se detuviera el mundo y la vida misma, hasta Dios está pendiente de aquella mujer y de su aceptación… y no se trata ahora de compensar, como David, las grandezas de Dios,  sino más bien, de acoger humildemente el Don de Dios a favor de todos los hombres 


“Todos los siglos están mirando hacia Ti;

todos escuchan tu voz, temblando en un sí.

Cielos y tierra se dan, en tu corazón;

como un abrazo de paz, ternura y perdón.” 

 

 

Lienzo de la “Anunciación” en el retablo del altar mayor de la iglesia del Monasterio de San José. Carmelitas Descalzas Jaén.

María con la dignidad que le da el ser criatura de Dios, pregunta y entra en un diálogo de libertad y de amor con su Dios a través del Ángel… Ya sabéis:  

  • Ella se turbó… porque Gabriel la había saludado como la llena de Gracia y como bendita entre las mujeres… y se preguntaba con el rostro sonrojado, que le hacía más bella aún… qué saludo era aquel.
  • Y el Ángel se explicó lo mejor que pudo…pero dejó bien claro y  sin titubear dijo: Has encontrado Gracia ante Dios, no temas María. Concebirás, darás a luz un hijo, le llamarás JESÚS, será grande, el Hijo del Altísimo, su reino no tendrá fin… 
  • María de nuevo interviene: ¿Cómo será eso, pues no conozco varón? Ya sabemos la respuesta: El Espíritu Santo vendrá sobre ti y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombrea… 
María, clarificada la Voluntad de Dios, dio el paso definitivo, se estregó totalmente a Él y a favor de los hombres… porque el que iba a nacer de Ella sería Grande, Hijo del Dios Altísimo y sería el Salvador de todos los hombres. Así que María contestó: AQUÍ ESTÁ LA ESCLAVA DEL SEÑOR HÁGASE EN MI SEGÚN TU PALABRAy el Ángel la dejó. 

Se había inaugurado el camino de la Salvación; María resultó ser imprescindible medianera… lo iremos viendo a lo largo de todo el Año Litúrgico: Navidad, Epifanía, Cuaresma, La Pascua del Señor, Pentecostés…y otros misterios de Cristo, María, los Santos, La Iglesia. En toda la vida de esta Gran Familia que trata de ser pregonera y testimonio del amor de su Señor: a lo largo del año le iremos festejando, conociendo, aprendiendo de Él; así contribuiremos a formar una sociedad más justa, fraterna, no excluyente, en la que pueda desarrollarse el Plan de Dios.

Ella la Virgen María, Estrella de la mañana que anuncia el Día de Sol y de la Luz, nos acompañe, nos dé a besar a su Hijo Jesús y en ese beso nos unamos todos los seres humanos. Que así sea.
 
Antonio Aranda Calvo. Sacerdote. 

 

 



 

 


EN LA FIESTA DE LA VIRGEN DEL CARMEN 16 de Julio.

  (Dedicado a los fieles de Monte Lope Álvarez en la Fiesta de su PATRONA )   !VIVA LA VIRGEN DEL CARMEN! ¡Virgen del Carmen! Reina de mares...