En
este día 1º de Enero, 1º del año 2021, os deseo a todos la PAZ, EN ESPÍRITU
FRATERNO, EN JUSTICIA Y AMOR. Alegrémonos al celebrar a MARÍA en esta su FIESTA MAYOR, LA DE MADRE DE DIOS.
La
Solemnidad de Santa María Madre de Dios es la primer Fiesta Mariana que
apareció en la Iglesia Occidental; su celebración se comenzó en Roma hacia el
siglo VI, junto con la dedicación del templo de “Santa María la Antigua” en el
Foro Romano, una de las primeras iglesias marianas de Roma.
La
antigüedad de ESTA FIESTA se constata en las pinturas con el nombre de “María,
Madre de Dios” (en griego Theotókos: tókos-madre, Theos-Dios) que han sido
encontradas en las Catacumbas o subterráneos excavados debajo de la ciudad de
Roma, donde se reunían los primeros cristianos para celebrar la Cena del Señor,
la Eucaristía, en tiempos de las persecuciones.
Más
adelante, se comenzó a celebrar la octava de Navidad, 1 de enero, conmemorando
la circuncisión del Niño Jesús, y así terminó
por desaparecer la antigua fiesta mariana; pero en 1931, el Papa Pío XI,
con ocasión del XV centenario del Concilio de Éfeso (431), instituyó la Fiesta Mariana
para el 11 de octubre, en recuerdo de este Concilio, en el que se proclamó
solemnemente a Santa María como verdadera Madre de Cristo, que es verdadero
Hijo de Dios; después en la última reforma del Concilio Vaticano II, se
trasladó la fiesta al 1 de enero, y con la máxima categoría litúrgica,
solemnidad de Santa María, Madre de Dios. De esta manera, la Fiesta Principal
de María encuentra un marco litúrgico más adecuado en el tiempo de la Navidad
del Señor; y al mismo tiempo, todos los católicos empezamos el año pidiendo la
protección de la Santísima Virgen María.
El Concilio de Éfeso: Sucedió que en el año de 431, Nestorio se atrevió a decir que María no era Madre de Dios, pues “Si Dios tiene una madre, no condenemos la mitología griega, que atribuye madre a los dioses”. Ante esto, se reunieron 200 obispos del mundo en Éfeso –la ciudad donde la Santísima Virgen pasó sus últimos años– e iluminados por el Espíritu Santo declararon: “La Virgen María SI es Madre de Dios porque su Hijo, Cristo, es Dios”. Y acompañados por el gentío de la ciudad, con antorchas encendidas, hicieron una gran procesión cantando: "Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén".
Madre del Niño Dios: “He aquí la sierva del Señor, hágase en mí según tu palabra” son las palabras que nos trasmite el Evangelio de San Lucas. Es desde ese hágase, con el que Santa María respondió firme y amorosamente al Plan de Dios, desde su entrega generosa, Dios mismo se pudo encarnar para traernos la Reconciliación, que nos libra de las heridas del pecado. La doncella de Nazaret, la llena de gracia, al engendrar al Niño Jesús, la Segunda Persona de la Trinidad, se convierte en verdadera Madre de Dios, dando todo de sí para su Hijo; todo en ella apunta a su Hijo Jesús, por lo que María es modelo para todo el cristiano que busca día a día alcanzar su santificación. En nuestra Madre Santa María encontramos la guía segura que nos introduce en la vida del Señor Jesús, ayudándonos a conformarnos con Él y poder decir como el Apóstol “vivo yo más no yo, es Cristo quien vive en mí”. El Catecismo de la Iglesia Católica afirma: “María es verdaderamente Madre de Dios porque es la madre del Hijo Eterno de Dios hecho hombre, que es Dios mismo”. Es lo que todo cristiano católico debemos creer.
(Bartolomé Esteban Murillo. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Murillo pintó el cuadro en 1666 destinado a formar parte del retablo de la iglesia de los padres capuchinos de Sevilla. Es de dimensiones pequeñas, 67 x 72 cm, pero de una insólita y estremecedora belleza).
Además, este primer día del año celebramos la Jornada por la Paz, para la que el Papa ha subrayado lo importante del CUIDADO de unos por otros y por toda la realidad creada: “La cultura del cuidado, medio para erradicar la cultura de la indiferencia, del rechazo y de la confrontación, que suele prevalecer hoy día”
Y así lo explica: a) Es la llamada de Dios que cuida de su Pueblo Israel y de todos pueblos, como aparece en el A. T. b) Es el ejemplo del Señor Jesús nuestro modelo, cómo cuidaba de los pobres, los enfermos y necesitados, desvalidos y pecadores… hasta entregar su vida por toda la humanidad; c) Es la llamada de la Iglesia: * Obras de Misericordia *Su Doctrina Social: *El cuidado y promoción de la dignidad y de los derechos de la persona; *el cuidado del bien común en que encuentra su realización la vida social, política y económica. El cuidado del que habla el Papa: *Es protección de la creación… * Es tomar un rumbo común… un rumbo realmente humano. Para ello se necesita una educación.
Educar la cultura del Cuidado: comienza en la familia; y en colaboración con ella, la escuela y la universidad, los agentes de comunicación social, las religiones, los líderes religiosos y los que están comprometidos al servicio de las poblaciones. PORQUE NO HAY PAZ SIN LA CULTURA DEL CUIDADO… ELLA ES EL CAMINO DE LA PAZ:
- Un compromiso común, solidario y participativo que promueva la dignidad y el bien de todos; una disposición al cuidado, atención, compasión, reconciliación, recuperación y respeto a la aceptación mutua… ellos son caminos privilegiados para construir la PAZ, pues llevan a cicatrizar las heridas, ser artesanos de PAZ, dispuestos a generar procesos de sanación y reencuentros con ingenio y audacia. Con el timón de la dignidad de la persona humana y la brújula de los principios sociales fundamentales, nos podemos permitir navegar por un rumbo seguro y común de PAZ.
- Fijemos nuestros ojos en la Virgen María, Madre del Señor y Madre nuestra, Estrella del Mar y Señora de la Esperanza y Reina de la PAZ.
Antonio Aranda Calvo. Sacerdote.
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