A la Virgen Dolorosa, que padeció por su Hijo, que padece por nosotros vaya cargado de amor este manojo de rosas:
1.-Una por ser buena madre, porque nos cuidas y ayudas, porque le diste a Jesús con un corazón tan grande; así podemos nosotros amarle y más amarle.
2.-Otra por tu fidelidad, pues nos enseñas así a ser fieles como tú, esperando del Señor que su gracia y su perdón llegue a nuestro corazón.
3.-Otra por ser la más bella de las flores del jardín: bella, porque eres pura y sin mancha desde tu concepción. Bella porque fuiste virgen, buena madre… intacta virgen. Bella, pues te miró el Padre y de belleza te llenó. Bella porque el Hijo en ti se encarnó. Bella porque el Espíritu Santo tu seno virginal fecundó.
José (1642-1724) y Diego de Mora (1658-1729).
Madera tallada y policromada
(con aplicaciones de telas encoladas).
134 x 132 x 88
S. I. Catedral de Jaén
4.-Ahora va esta cuarta flor porque, esposa de José, viviste humilde en la ciudad de Nazaret, esposa de un carpintero, a quien cuidaste tan bien que siempre llevó a gala el que fueras su mujer. Cuarta flor para la mujer sencilla, esposa de un artesano, madre de un niño, llamado Jesús.
5.-Quinta, sexta… y vendrán muchas flores: la de la montaña por tu pariente Isabel, la de Belén sin posada, la del establo cuando al llegar la media noche, Jesús, el Enmanuel, encontraras entre tus brazos, con aquella pequeña y tierna lágrima, salida del corazón por nosotros sus hermanos.
6.-Flores trajeron los ángeles del cielo, y los pastores un montón; cantaron todos a una, las estrellas se apagaron, perdieron la luz, porque el Niño recién nacido era más que estrella, lucero y sol. Él era la LUZ del mundo, nuestro Señor. Y hasta llegaron los Magos con piropos para Vos. Mujer vestida de Sol, con la Luna a tus pies y estrellas en tu sien.
LA PIEDAD
7.-Una flor más para nuestra Virgen Dolorosa: Esta morada por el
dolor de una huída, por el desierto, por caminos y calzadas, con calor y faltos
de agua para al Niño socorrer; vivir lejos de la tierra, en el extraño Egipto,
donde esclavos fueron los padres. Emigrante, refugiados, desterrados… no
siempre bien acogidos.
8.-Vuelta al Nazaret querido, reencuentro con familiares, amigos y conocidos, pobre hogar, el trabajo de cada día… y el niño iba creciendo, ¿Qué sería? Preocupación de unos padres, confianza en su Señor. Flor esta, de hogar caliente, familia amante; trabajo, contemplación y silencio.
9.-Seguimos cosechando flores para Santa María de los Dolores. Ahora una flor con espinas punzantes, pues comenzando con fiesta, subida al Templo a los doce años, María sufrió por la pérdida… buscando por todas partes. Por fin Jesús encontrado entre sabios y doctores. María llena de gozo y de pena porque vislumbrando está los dolores de la CRUZ.
VIRGEN
DE LAS LÁGRIMAS
10.-Más flores, el
ramo se está completando, fue cuando aquella vez que Jesús leyó en su pueblo y
explicó el texto tan bien, que primero le aplaudieron, pero cayendo en la
cuenta después, quisieron por un barranco despeñarlo, pues se aplicaba la
lectura de Isaías para él. María sufrió en su alma y comenzó a padecer.
11.-Jesús salió a
su Misión, recorrer la Galilea, la Judea y la Palestina entera… llegaría al
mundo entero en la Misión de la Iglesia. Ella escuchaba de Él todo cuanto se
decía; un día estuvo en Caná, en la boda de otra prima… María intervino
diciendo “haced lo que Él os diga” y sucedió el milagro. Bonita flor para
nuestra Madre María, pues por Ella creyeron que Jesús era el Mesías. En esta
flor va la Iglesia, una rosa muy bonita
para esta Madre Bendita.
12.-El ramo ya está muy prieto, vienen rosas con espinas: Jerusalén, antes había llorado al verla… ahora, en verdad, un precioso recibimiento; pero vino la triste traición en el huerto, espinas del abandono, la negación del más íntimo.
Antes, aquella noche, recibiste más que flor, que fue Ramo Completo, pan y vino, Tú Señora, también lo viste… es que Jesús ya ha satisfecho al Padre Eterno… en Sacrificio Incruento. La Santísima Eucaristía que nos deja de alimento; María estaría presente, aunque recatadamente oculta. Sale por el vecindario, quiere seguirle, busca encontrarle; oye de traición, beso, abandono y negación, que por fin en el tribunal le han condenado… Ahora corre tras de Él, tras el Hijo siempre bien amado.
13.-Más flores, más flores… estas moradas, con lágrimas y con llanto: el encuentro con el Hijo, fiero cuchillo atravesó el alma; y después hasta el Calvario: cruz, garfios, martillos, clavos y la corona de espinas… flores sí, pero a qué precio: tu dolor Virgen María.
14.-Está clavado en la CRUZ; de su boca siete capullos nos llegan, siete brotes que suenan al infinito y son estos: Perdónalos, Padre. Hoy estarás conmigo en el Paraíso; tengo sed de amor; y a ti Madre te hace nuestra madre y a nosotros tus hijos. Grita al Padre, todo ha terminado y en tus manos encomiendo mi espíritu. Los siete capullos en rosas se convirtieron, aún llegan a nuestros oídos, siete palabras que dijo el Señor que es la Palabra, en siete frutos convertidos de un valor más que infinito.
15.-El ramo ya está completo, es el mismo Cuerpo del Hijo, que lo entregan a su Madre y lo abraza con cariño. ¡Esperanza no nos faltes! Ahora contemplará aquellas flores, el Cuerpo Sagrado y Bendito, y esperará lo que está dicho: al tercer día Nuestro Señor Jesucristo, resucitado y glorioso, volverá ante su Madre, la llenará de paz y de alegría hasta que llegue ese día en que Asunta al Cielo, en Cuerpo y Alma, Señora y Reina será coronada.
Antonio Aranda Calvo. Sacerdote.
