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viernes, 25 de junio de 2021

Domingo XIII del tiempo Ordinario 27 de junio 2021.




 “La muerte y la vida”

 (LECTURAS: Sab. 1,13-15; 2,23-24. Salmo 29 2ª Cor. 8,7.9. 13-15. Marcos 5, 21-43.)

        Dios es la Vida, ama la vida y está de parte de ella; no quiere la muerte que es fruto del mal y de la negación del Dios vivo. El hombre está hecho para la vida porque es semejanza de Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza”… lo formó y le insufló un hálito de vida… “Hagamos al hombre… Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, varón y mujer los creó. Dios los bendijo; y les dijo Dios: “Sed fecundos y multiplicaos, llenad la tierra y sometedla; Vio Dios todo lo que había hecho, y era muy bueno (Gén 1, 26-28. 31a). La lectura del Libro de la Sabiduría nos ha iluminado sobre esta cuestión. Los cristianos amamos la vida porque somos de Dios.  

El Amor, concretado en el servicio y las obras de caridad, ha de ser el modo cómo nos relacionemos entre nosotros y en comunidad… esta ha de ser la vida de la Iglesia; esa relación muestra una corriente de vida que nos lleva a pensar que son obra de Dios… y efectivamente, así se relaciona la Comunidad de Corinto con otras comunidades, lo cual  es signo de vida. Les dice San Pablo a los corintios: “…Lo mismo que sobresalís en todo… fe, palabra, conocimiento, empeño y  amor…, sobresalid también en esta obra de caridad… Pues conocéis a Jesucristo el cual, siendo rico, se hizo pobre por vosotros para enriqueceros con su pobreza…En este momento, vuestra abundancia remedia la carencia de otros, para que la abundancia de ellos remedie vuestra carencia; así habrá igualdad…”   

El Evangelio que hemos proclamado nos da una preciosa lección: presenta la hegemonía y el señorío de la vida sobre la muerte. Los episodios de la hija de Jairo, una chica de unos 13 años, enferma,  que estaba para morir… ya en las últimas, y que de hecho muere. En paralelo la mujer con flujos de sangre, por donde se le está escapando la vida, con una larga enfermedad, empeorando y que ya casi todo lo tiene perdido… Y EN MEDIO DE AMBAS JESÚS que es la Vida. No es que Cristo esté allí, en medio,  como mero taumaturgo, que a través de medicinas, intervenciones o habilidades favorece la vida o controla la muerte… ¡NO! Él está como la verdadera fuente de vida, Él es Señor de la Vida, fuente de donde esa vida brota para la eternidad… “pon tu mano sobre ella y vivirá” la vida real y definitiva; porque la vida, ahora con 13 años está madurando naturalmente…Pero la que Tú le darás es para siempre, será la Vida Eterna. “Jesús tomando la mano de la niña, sembró en ella la vida…” 

 


Curación de la hemorroísa en uno de los frescos de las catacumbas de Roma.

 


Jesús resucitando a la hija de Jairo Resucitando a la hija de Jairo. 
Ilya Repin

Y por otro lado aquella otra mujer enferma: es adulta y ha sufrido, con una larga vida, 12 años con esos flujos de sangre que la van matando… por ahí se le escapa la vida…una vida entera perdida, pues iba empeorando; todo lo había perdido y sin provecho alguno… por el contrario todo iba peor… La mujer había ESCUCHADO HABLAR DE JESÚS… algo se despierta en ella, le busca y se llega a Él, con miedo, temblando, se acerca más pero por detrás, sin verle siquiera (aunque lo lleva en el pensamiento y en el corazón) Y TOCÓ SU MANTO, porque había pensado que con sólo “tocarle”, con poner la mano sobre Él… (Su manto, sus ropas, algo de Él mismo…) Pero para ello era necesario el ENCUENTRO CON CRISTO, el “cara a cara”, “el tocar” “mirar y contemplar”… El “Tú a tú”, mirarse, descubrirse en el encuentro de la fe… por ello “Tu fe te ha salvado”.   

El ENCUENTRO se produjo: Jesús sintió la presencia (como de una oveja “perdida” o “alejada”) y ella apreció muy cerca de sí la vida misma y en el momento se vio salvada…”después temblando y llena de miedo, levantó los ojos del suelo" y miró a Jesús, todo lo que había presentido estaba allí, delante de ella… y se produjo el milagro, se detuvo el flujo de sangre por donde se escapaba su vida, pero sobre todo ella escuchó “Tu fe te ha salvado” que le dio la verdadera vida. 

Conscientes de nuestros propios límites y de estar llamados a la muerte,  no perdamos nunca la cercanía con Cristo Jesús, su mirada, sus palabras; dejémonos tocar por Él, “contemplarle y mirarle… no saber más que de él…” Sólo entonces la vida arraigará en nosotros, porque Él es la Vida y nos alimentamos del Pan de Vida…  


Curación de la hemorroísa
(Pierre Claude François Delorme (1817).

 Antonio Aranda Calvo. Sacerdote. 

 

EN LA FIESTA DE LA VIRGEN DEL CARMEN 16 de Julio.

  (Dedicado a los fieles de Monte Lope Álvarez en la Fiesta de su PATRONA )   !VIVA LA VIRGEN DEL CARMEN! ¡Virgen del Carmen! Reina de mares...