Señor ¡qué bueno fuiste con llamarle!
Seguimiento, primero, en el camino,
despojarse más y más
de sí mismo
y seguirte, seguirte hasta entregarse:
Entrega total y plena ¡hasta la muerte!
cual apóstol valeroso,
que al amante silbido del maestro
abrió su corazón, joven y fuerte,
para decirte ¡SI!
En solitario, cual atleta que corre hasta la meta,
confiado en Ti, pues solo le bastabas,
sin mirar para atrás,
en misteriosa comunión contigo mismo
te dio su vida.
Cuantas veces en el silencio de la noche le dirías:
¡te basta mi gracia…
te bastan mis manos!
Y él, nobleza sin igual,
enamorado de Ti, se fió
y dijo ¡SI!
“Seguimiento y entrega ¡SI!
de todo lo que soy para quien amo”
es lo que hizo en ti, joven Manuel,
fundirte en Él: pastor con el Pastor
sarmiento y Vid.
Hoy podemos mirarte a la luz de tu vida,
desmedida confianza en quien no falla,
y aprender de ti, quien seguirle quiera,
la alegría misteriosa de tu ¡SI!.
Antonio
Aranda Calvo. Sacerdote.
Manuel Aranda Espejo, hijo de Francisco y Dolores, nació y vivió en Monte Lope Álvarez–Martos (Jaén). Cinco años en el Seminario: 2 en Baeza; 3 en Jaén, le colocaron a las puertas de los estudios teológicos. Fue un apóstol de su pueblo en las vacaciones: catequesis, visita a enfermos, cercanía a los más necesitados y pobres, enseñanza a niños y jóvenes. Fue un joven de plena confianza en el Señor, amor a la Eucaristía, al Sagrado Corazón y a la Virgen María con el rezo del Rosario… pero el verano de 1936, en las “obligadas” vacaciones de verano, fue hecho prisionero y terminó el 8 de agosto por dar la vida antes de blasfemar el Nombre de Dios, al que se había entregado totalmente y al que siempre fue fiel.
- Encuentro 10,30 en la plaza de la Iglesia
- Santa Misa a las 11,00
- Breve Reunión Socios
- Peregrinación a la CRUZ para pedir la intercesión del Beato Manuel Aranda
Jaén, marzo
del 2022