Estamos para concluir el Tiempo
Pascual que con tanto gozo hemos venido celebrando: nos espera vivir, no menos
gozosos, la ASCENSIÓN DE
NUESTRO SEÑOR A LOS CIELOS, LA VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO, LA SMA. TRINIDAD Y EL
CORPUS CHRISTI. Todo ello motivo de gozo
para que profundicemos y nos alimentemos más y más de los Misterios de Nuestra
Fe, cuyo resumen exacto está en lo que nos transmitió San Juan: “Tanto amó Dios
al mundo que nos entregó a su único Hijo, para que todo aquel que crea en Él no
muera sino que tenga vida eterna”.
Según el Salmo “hemos de cantar al Señor” precisamente por estas Maravillas, pues por su Amor, Muerte y Resurrección, nos ha ofrecido formar una sola FAMILIA de todos los pueblos con un Único Padre Dios, manifestado en Cristo y al que llegamos por el Espíritu.
El Apóstol San Juan, en la segunda Lectura, nos repite como ha hecho en estos Domingos, que la esencia de la vida
cristiana, de nuestro ser en Cristo es EL AMOR, porque el Amor es de Dios y quien ama de verdad es de Dios, por ello debemos amarnos unos a
otros si es que queremos ser de Dios… y es que Dios nos ha amado el primero y
de tal modo que envió a su Hijo por nosotros… la consecuencia es clara ASÍ
DEBEMOS AMARLE NOSOTROS Y AMARNOS ENTRE SI. Formaremos la comunidad Iglesia,
constituida por el Amor y llamada al Amor, de tal modo que sea el distintivo de
los seguidores de Jesús.
EVANGELIO: La relación del Hijo con el Padre es EL AMOR y por
ello nadie lo puede separar de Él; así se nos pide a cada uno permanecer unidos a Cristo-Jesús y en Él al Padre, así
daremos los frutos de santidad y buenas obras;
pero esta unión no es algo puramente sentimental y menos de palabra, no
olvidemos que se basa en el cumplimiento
de sus Mandamientos.
“YA NO LOS LLAMO SERVIDORES… PERO OS DIGO AMIGOS…, YO OS ELEGÍ A VOSOTROS”
La vocación de los primeros discípulos y la elección de los Doce
Obra de Ghirlandaio; SXV, en el Museo Vaticano.
Obra de Ghirlandaio; SXV, en el Museo Vaticano.
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