AUSENCIA Y PRESENCIA
Llorar en el desierto de la vida,
esperando tu encuentro,
pues sin Ti nada existe…
todo es mueca, eco, sombra, dolor…
tu ausencia.
Pensar en tu presencia,
trasforma el llanto en alegría,
la sombra en luz, el eco en canto,
el dolor en gozo y la mueca en tu faz…
en tu presencia.
¡Tan cerca y tan lejos están, la ausencia y la presencia!
Tu presencia es el agua inundando los desiertos,
el fuego que caldea los hogares,
la luz que penetra las tinieblas,
la vida venciendo a la muerte por doquier.
Eres Tú, el fundamento de los siglos,
el apoyo eterno del inmenso espacio,
ribera de todos los océanos, manantial de las fuentes,
de los ríos y del mar.
¡Tú mi Señor!
Eres Tú, eternidad que te acercas al instante,
distancia infinita, siempre a nuestro lado,
inconmensurable medida de todo cuanto existe,
infinitud transformadora en unidad de paz y amor.
Eres Tú, dulce presencia, hecha música y canciones,
melodía sonora, suave y atrayente, ritmo y danza,
expresión del cuerpo, que se vacía lentamente al hondón del alma.
¡Tu ausencia es muerte, tu presencia es vida!
¡Y la Presencia eres Tú, Jesús Resucitado!
Antonio Aranda Calvo. Sacerdote.
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