*Hay profetas que
ven el camino: aprendamos de ellos a “preparar el camino del Señor”.
El evangelio del domingo pasado nos hablaba de estar despiertos. Hoy hablan los profetas, que han estado en esa actitud de centinelas. El profeta es la figura clave de este tiempo de adviento. Profeta es todo aquel que está despierto, avizora el horizonte, para descubrir lo que viene; su principal característica es la preocupación por la suerte de sus hermanos los más humildes. Verdadero profeta será el que ha llegado a una experiencia de su verdadero ser (humano) y, fiel a ella, ayuda a los demás a descubrir el camino de lo humano. Falso sería el que conduce al hombre a mayor egoísmo (deshumanización).
*Yo os bautizo con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo. Aquí está la originalidad de Jesús: Toda la relación con Dios, hasta la fecha, era considerada como externa al hombre y en relación desigual. Dios era el soberano y el ser humano el súbdito. Jesús manifiesta una relación con Dios muy distinta. Él está empapado del Espíritu y nos sumerge (bautiza) a todos en ese mismo Espíritu.
*Los textos de este domingo nos hablan de utopía: Isaías dice: Aquí está vuestro Dios.- Pedro: Nosotros esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva donde habite la justicia.- El Salmo: La misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan.- Marcos: Él bautizará con Espíritu Santo.
En un mundo tan poco propicio al optimismo, encontrarnos con esta oferta, puede ser impactante. Pero tampoco tenemos que caer en el triunfalismo. Derrotismo y triunfalismo son estrategias extremas que utiliza el yo para fortalecerse e impedir al hombre tomar conciencia de lo que el ser humano es y puede alcanzar.
*Hoy la necesidad de estar alerta es más apremiante que nunca, porque jamás se han ofrecido al ser humano más caminos falsos de salvación. La posibilidad de satisfacer nuestra necesidad de placer es cada vez mayor. Hay toda una gama de productos disponibles en el mercado, desde las drogas, al sexo pasando por ofertas sin medidas. Necesitamos más que nunca, personas (profetas) que por su experiencia personal puedan arrojar alguna luz en esa maraña de senderos que se entrecruzan y que son sendas perdidas que no llevan a parte alguna.
Podemos volcarnos en el placer inmediato, o descubrir las posibilidades de plenitud que todos tenemos. El ambiente nos empuja a lo fácil, egoísta y cómodo. El no tomar una decisión, es ya tomar partido por lo que nos pide el cuerpo. No despertar, es seguir dormidos. Decidirse por lo más difícil solo es posible después de una toma de conciencia, que tiene que ir más allá de los sentidos y de la razón. Es una iluminación que me empuja por un camino nuevo y fascinante, que ni siquiera sé a dónde me va a llevar, pero estoy convencido de que me hará más humano: Seguir a Jesús de Nazaret.
Antonio Aranda Calvo. Sacerdote
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