Se abre la mañana con un sabor
agridulce: el Amor de Cristo, contemplado y seguido por tantos fieles en la
Eucaristía y en el seguimiento del Abuelo, unido a una noche casi en vela,
contemplando la dureza de nuestros pecados, la dureza del corazón humanos que
hace más grave aún la PASIÓN DEL SEÑOR.
VIERNES SANTO, día de recogimiento, acompañando el dolor de Ntro. Sr. Jesucristo. Tenemos la Pasión para meditarla y preparar la Acción Litúrgica, CELEBRACIÓN DE LA PASIÓN DEL SEÑOR, nos ayudará mucho a vivir esta jornada en unión con Cristo que padeció por nosotros. HE AQUÍ EL ESQUEMA DE LA CELEBRACIÓN DEL VIERNES SANTO:
- El Altar desnudo, sin flores, iluminación la
necesaria para leer, sobriedad y silencio…
- Acogida en silencio de los ministros, los
cuales se dirigen al centro del Altar y lo veneran profundamente. Una vez en el
Altar quien preside desde la Sede hace la Oración.
- Dos Lecturas con Salmo y Pasión de nuestro
Señor Jesucristo, que al ser posible se hará cantada y por tres ministros.
(Silencio u Homilía)
- Oración Universal, peticiones y oración a cada
una de ellas.
- Adoración de la Cruz con sobriedad y
solemnidad.
- Participación
de la Eucaristía: Traslado, oración del Padre Nuestro, Comunión, Oración de
Acción de Gracias…
- Bendición, y salida del Altar en silencio. LA CRUZ CON LA IMAGEN DE CRISTO PERMANECE EN EL CENTRO DEL ALTAR Y ES VENERADA durante el resto del día y el sábado.
Con el pensamiento puesto en Cristo, muerto y sepultado, pero con el corazón cargado de Esperanza en la Palabra dada por Jesús “al tercer día resucitaré”, esperamos la Explosión de la alegría Pascual al grito “no está aquí ha resucitado” Entramos en ayunos, oración, sacrificios, lecturas piadosas, compartir los bienes materiales y/o espirituales con los demás, en la noche del Viernes y a lo largo del Sábado Santo para llegar hasta el momento de la ALEGRÍA PASCUAL. En la S. I. Catedral se inicia la Vigilia Pascual a las 11 de la noche y sigue la FIESTA DE PASCUA.
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