DOMINGO XIX DEL T. O. 7 de agosto de 2022

 

LECTURAS:  

Sabiduría 18,6-9; Salmo 32 “Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad” Carta a los Hebreos 11, 1-2. 8-13. Evangelio de San Lucas 12, 32-48.  

 

El Salmo da el tono a la Palabra de Dios de este Domingo: la alegría de sabernos salvados, amados y queridos de Dios, como verdaderos hijos, “pequeño rebaño que no debe temer nada ni a nadie… porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino”  por lo cual “alegrémonos en el Señor, porque somos su pueblo, su heredad, lo más preciado para la mente y el corazón de Dios”: somos el pueblo ganado por la fe de Abrahán, Isaac y Jacob, la fe que hizo a Sara dar a luz un hijo (Isaac) quien fue ofrecido en el Monte Mória por su propio padre, recobrándolo en la figura del futuro, del que había de venir, Jesús el unigénito de Dios, quien se entregará hasta la muerte para gloria de Dios y salvación de la humanidad… a pesar de las infidelidades del hombre para con su Dios, Él mantiene su fidelidad y así nos sana, libera y salva.  

A partir de aquí, el Señor Jesús, en el Evangelio, nos invita: 

1.- A no poner nuestra confianza en las riquezas y en los bienes de la tierra, “porque donde está vuestro tesoro allí estará vuestro corazón”. Avivar siempre el deseo de pertenecer a Jesús y estar cerca de Él.  

2.- Actitud de disponibilidad para el servicio de Dios y de los hermanos. Estar preparados para entrar en el servicio que el Señor nos pide, y en el bien obrar hacia nuestros hermanos más necesitados.  

3.- Y hemos de estar preparados no sólo para recibir al Señor, sino para recibir los encargos de extender el reino en esta sociedad (la misión del cristiano, que se ha de realizar con la palabra, con el ejemplo y viviéndolo en comunidad eclesial) Pero además de eso hemos de estar bien dispuestos a entrar un día en el banquete festivo del reino y poder allí gozar del Amor Eterno del Padre, en las bodas de su Hijo Jesús con esta Humanidad salvada por Él mismo. Banquete del que tantas veces nos habló en las parábolas y ejemplos sobre el Padre que celebraba las bodas de su Hijo, a las que estábamos invitados y que cuando el salón estaba repleto de invitados, gozaba y se sentía feliz. No olvidemos que aquí y ahora estamos anticipando ese Banquete en la Sagrada Eucaristía.  

Terminemos pidiendo en oración suplicante: “¡Jesús deseo estar contigo…anhelo estar siempre junto a Ti!”  y recordemos que este fue el deseo de nuestro Beato Manuel Aranda Espejo, Seminarista Mártir de la Diócesis de JAÉN, nacido en Monte Lope Álvarez (12 Km. de Martos) y donde dio la vida por ser fiel al Señor Jesús.  

 

 

¡Atended lo que sigue! 

NOTA: Mañana día 8 de agosto se celebra el 86 Aniversario del triunfo del Seminarista mártir Manuel Aranda, Beatificado por el Papa Francisco el 13 de octubre de 2013. Él dio la vida por el Señor, pues prefirió la muerte antes que ofender su nombre. Dio testimonio de fe y hoy intercede ante Dios por su pueblo del Monte, interpone sus méritos por el Seminario, formadores y seminaristas, es protector de todos sus amigos y devotos. 

 

  

Antonio Aranda Calvo. Sacerdote.