Presencia real de Jesucristo,
bajo el velo blanco
de la hostia santa:
Presencia que es Amor
de quien tanto ama
a los que tanto necesitan:
¡Entrega hasta el infinito!
Estás, ahí, Señor,
llenando de vida el universo
de luz mi
corazón,
de fuerza y gracia mi alma.
Tú, paz para quien sufre;
gozo para quien está triste;
alegría para quien espera consuelo.
Presencia en el vino, Sangre derramada,
para lavar nuestros fallos y pecados;
presencia en el pan, alimento
para quien tiene hambre y sed.
Así, tan en mí, tan en nosotros,
que en un abrazo nos
fundimos
para nunca separarnos más.
¡Nosotros en Ti, Tú en nosotros,
presencia, entrega, amor en uno,
hasta llegar al inmortal seguro!
Antonio Aranda
Calvo. Sacerdote.
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