SÁBADO
SANTO
Sumidos en el silencio, envueltos en la
oscuridad, ya estamos entrados en el Sábado Santo… Es que Jesús, al que hemos
acompañado en el camino de la Cruz, ha muerto y lo hemos depositado en el Sepulcro.
SILENCIO Y
LLANTO, que nos
envuelve…La Iglesia siente la muerte de su Señor, el cristiano tiene una
sensación de vacío; la misma práctica litúrgica ofrece en el Sábado Santo
oraciones, contemplación, silencio ante su Señor, llanto por nuestros pecados,
PERO NO HAY LITÚRGIA EUCARÍSTICA… El Manantial parece que se ha agotado; El Sol
ha quedado oculto en lo más hondo de la tierra, por nuestros pecados…
PERO EL
SÁBADO SANTO nos
alimenta con la ESPERANZA de que “Cristo resucitará al tercer día” y “se aparecerá a sus
discípulos” y hemos de ser sus TESTIGOS, lo cual hace que renazca la alegría y
se ponga en tensión nuestra voz para cantar el ¡CRISTO HA RESUCITADO! ¡Alegría y Paz hermanos, que el Señor
Resucitó”.
- LA
PIEDRA DEL SEPULCRO, que era muy grande, aparece corrida.
- ALGUIEN DICE ¡EL SEPULCRO VACÍO!
- LA SÁBANA DOBLADA Y EL SUDARIO ENROLLADO en otro lugar aparte.
- SE HABLA DE APARICIÓN DE ÁNGELES.
- DICEN QUE UNAS MUJERES LE HAN VISTO.
- PEDRO Y JUAN QUE CORREN AL SEPULCRO.
Y surge la palabra temida y deseada ¡HA RESUCITADO!
Todo esto se va gestando a lo largo del Sábado, pero hasta la madrugada… en la VIGILIA PASCUAL, cuando está clareando el día, entonces LA LUZ SE IMPONDRÁ A LA TINIEBLA Y LA ALEGRÍA AL DOLOR Y CANTAREMOS GOZOSOS: ¡ALELUYA!
CANCIÓN Y SILENCIO
Voz que cantas a la vida, no calles;
vuela por los cielos, desciende a la
tierra
y canta…
Canta a la vida, a la luz y a las estrellas;
a las flores, al prado y a la
alberca…
canta al misterio que se revela en los
ojos del niño,
en las manos abiertas y en los
corazones de la gente buena…
Canta a Dios, canta, canta, canta y
nunca enmudezcas.
Madura la canción en el silencio, que el silencio es la madre del
canto,
que a Dios se le alaba en el sosiego;
aunque si es impuesto, vacía el alma,
es triste e injusto,
responde a la ausencia y se niega el
canto mismo…
¡Entonces, rompe ese silencio y
canta!
El silencio es madre del canto, regazo donde nace y vive,
camino por donde entra el espíritu,
cauce por donde se difunde.
¡Canta
en silencio! Y en el sosiego, ¡canta!
Canta a Cristo Resucitado que es canto
a la Vida, a la Luz y al Amor.
LA RESURRECCIÓN DE CRISTO
Antonio
Aranda Calvo. Sacerdote
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