Festividad de San Roque, patrón de Hornos.
Iglesia Parroquial Ntra. Señora de La Asunción
"Nunca te sientas excluido por Dios; Él te tiene en el centro de
su corazón”
Después de haber
celebrado, ayer, a la Santísima Virgen en el Misterio de su Asunción al Cielo;
Jesús nos CONVOCA de nuevo y así nos encontramos en la Asamblea Cristiana, La
Santa Misa, para llenarnos de la Palabra de Dios, alimentarnos con su Cuerpo y
sentirnos más hermanos, fraternalmente unidos, por más separación que nos
impongan las circunstancias. Desde esta visión puede entenderse el valor de la
Santa Misa para un cristiano, de modo que “un Domingo sin Misa no sea El Día
del Señor”.
La Palabra de Dios
nos dice esta mañana, bien claro y alto, que Él no excluye a nadie de su
corazón, que estamos todos en el centro de su vida divina y llamados a
participar en su proyecto salvador. Todos los hombres y pueblos están llamados
a la Vida que Dios nos da, gratuitamente, como DON Y GRACIA. Cual deberá ser ahora nuestra actitud ante la
acción de Dios:
1.-¿RECIBIR O RECHAZAR ESE DON?
2.-ABRAZARNOS A LA MISIÓN, llevando el DON
a los demás.
Así escuchamos en
la 1ª Lectura al Profeta Isaías que anuncia cómo Dios abrirá las
puertas de Jerusalén: “los extranjeros y forasteros serán traídos al Monte
Santo y podrá orar en la Casa de Dios”. Dios acoge a todos, contra la mentalidad
de los que le consideran como una propiedad particular.
El Salmo es una
llamada a que todos los pueblos alaben a Dios, pues Él admite toda alabanza que
sale del corazón sincero y humilde.
Pablo en la 2ª lectura, Carta a los Romanos, se proclama el apóstol de los
gentiles, es decir, de los que no formaban el “pueblo de Dios”, pero que en
Cristo han sido llamados en plenitud.
El Evangelio nos presenta el pasaje de
la mujer cananea, el cual nos demuestra que Jesús es de todos:
La mujer de Canaán a los pies de Cristo. 1784. Jean Germain
Drouais
* La mujer busca a Jesús, se acerca a Él, le sigue suplicando
* Jesús primero calla, después
responde pero de un modo inesperado, no era así su manera de
proceder…
* Y la mujer no se da por ofendida, al contrario insiste, hasta gritando y
postrándose… ante Jesús, el cual justifica
su actitud…y ella vuelve a insistir y hasta se atrevió a corregir al Señor…y a
pesar de todo “no se echó atrás” supera todos los obstáculos: ¡Señor
socórrenos!...
Hágase como has
creído…, es la respuesta final… y así esta mujer nos DESCUBRIO que Cristo no
excluye a nadie, que la fe está muy por encima de las razas, ideologías y
estados sociales, que Jesús se rinde ante la sencillez y la humildad, que en la
mujer cananea la reconoce con admiración y hasta nos la pone de ejemplo.
Con San Juan Crisóstomo
comenzamos el Evangelio por el final:
¡Oh mujer, grande es tu fe!... todas las
dilaciones y hasta palabras duras pronunciadas por Jesús, trataban de coronar a
la mujer con lo más grande, la fe: “tu fe es capaz de lograr cosas mayores que
esas, pues hágase como tú quieres… y a partir de ahí la hija quedó sana” Como
en el Génesis: “Hágase el cielo, y el
cielo fue hecho”. Qué fuerza es la de la fe que a esto se compara.
Por otra parte,
sigue San Juan Crisóstomo, con la insistencia de la mujer, consiguió su
pretensión para darnos a entender la importancia de la Oración. ¡Tanto puede la
perseverancia en la oración confiada en Dios!
Antonio Aranda Calvo. Sacerdote.
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