Llegamos a final de Junio en este verano
lleno de sol, en el que nos invita a
vivir con alegría, disfrutar de la naturaleza, de la familia, de las buenas relaciones, junto al desarrollo
personal y el crecimiento en el espíritu, ¡Si! Diremos también lo correcto “con
la distancia social, las mascarillas y la higiene…” lo hemos oído tantas veces
que no sé cómo se olvida. TODO CON BUEN HACER y con la alegría del don de la
vida…, sin olvidar los muchos que nos han dejado y han muerto entre nosotros y
en el mundo entero: “los grandes desconocidos”
Por todo hemos de dar gracias a Dios, y
nosotros los cristianos lo hacemos con la Santa Misa, el Sacrificio de Cristo
en la Cruz; aquél, cruento; éste, místico, sacramental, incruento. En este
Domingo os propongo dar gracias a Dios por los tres nuevos sacerdotes ordenados
ayer, sábado, en la S. I. Catedral por nuestro Obispo. ¡Que sean santos
sacerdotes! ¡Que seamos también los demás! Por mañana, San Pedro día 29, muchos
sacerdotes cumplimos entre los 50 y 60 años de ordenación (tuvimos un Obispo
que siempre ordenaba en San Pedro) Don Amadeo, nuestro actual Obispo, también
cumple 50 años de sacerdote, por esto también demos gracias al Señor. ¿Cómo? “Cantaré
eternamente las misericordias del Señor”
LA PALABRA DE DIOS HOY, nos invita a LA RENUNCIAR.
Después de la llamada del Domingo pasado
a no tener miedo ¡No tengáis miedo! hoy se nos llama a renunciar a todo por El.
1.- La
primera lectura es un canto a la hospitalidad, lo cual supone una renuncia a
uno mismo, a nuestras cosas, a la comodidad de lo “nuestro”. En nuestra
sociedad “el otro” es mas bien un enemigo que un peregrino, al que se le debe
abrir la puerta.
2.- En la segunda, San Pablo nos recuerda
la renuncia de Cristo, quien muriendo-resucitando, nos insertó en Él. (Somos
Uno con Él ante el Padre) nos abrió el corazón y nos dio su propia Vida.
Y AL FIN NOS VIENE EL EVANGELIO: Parece
que el texto de San Mateo expresa esa RENUNCIA con un lenguaje fuerte y poco
comprensible. Hoy, cuando se aspira, ante todo, al triunfo, rápido y a costa de
lo que sea… se nos pide la renuncia hasta
a la propia familia…
MIREMOS A JESÚS:
- Amaba y defendía a la familia; el valor del matrimonio, la obediencia de los hijos a los padres y a los mayores…¡¡¡
- Está el 4º Mandamiento de la Ley de Dios; Jesús lo reafirma.
- ¿Cómo ahora puede decirnos, quien no deja a su padre o a su madre por mi… no es digno de mi?
- Cierto que está “El Amor a Dios con toda el alma y con todo el corazón… y al prójimo… sobre todas las cosas…
Además, es que “el padre o la madre” pueden estar significando las muchas cosas que nos rodean y entretienen ante Dios: riquezas, ocio, placer, materialismo, hedonismo, miedos, amenazas…todo aquello que son como imanes que nos atraen, nos separan del camino, nos impiden servir con generosidad y desprendimiento a Dios y a los hermanos (en definitiva la comodidad y el apego a muchas cosas…)
En el fondo, lo que se nos pide es la fidelidad al Maestro; nada puede sobreponerse a esta fidelidad… Jesús no es compatible con otra u otras fidelidades a muchas cosas de hoy, a mucho de lo que hay dentro de nosotros, de lo que nos rodea y de cuanto nos llama la atención.
PERO miremos más directamente a JESÚS: +¿No sabes que yo debía estar en las cosas de mi Padre?... y María guardaba todo esto en su corazón. + ¿Quién es mi madre y mis hermanos…? El que escucha la Palabra de Dios y la cumple. +¡Mujer ahí tienes a tu hijo; hijo ahí tiene a tu Madre…y desde aquella hora…+María la Madre de Jesús con los discípulos en la Venida del Espíritu Santo.
Y Jesús modelo de todo hombre quería a su madre con toda el alma… y una madre como Ella, quería a José, a su gente, a sus amigos, hasta llorar por la muerte de uno…PERO ponía a Dios por delante, sólo Dios, todo Dios, siempre Dios, porque “sólo Dios basta”
Y en cuanto a la familia podemos hacer
una última reflexión:
a) Familias abiertas, serviciales, unidas a los demás, justas, solidarias y caritativas.
a) Familias abiertas, serviciales, unidas a los demás, justas, solidarias y caritativas.
b) Pero las hay también, egoístas,
cerradas y opresoras
El Señor lo que nos dice es que dejemos todo lo que nos separa de Él, todo lo que nos impida seguirle…los cristianos siempre han defendido a la familia, pero no puede convertirse en un ídolo, en un absoluto… más aún cuando su estilo de vida sea poco humano y menos divino…
Antonio Aranda Calvo. Sacerdote.
El Señor lo que nos dice es que dejemos todo lo que nos separa de Él, todo lo que nos impida seguirle…los cristianos siempre han defendido a la familia, pero no puede convertirse en un ídolo, en un absoluto… más aún cuando su estilo de vida sea poco humano y menos divino…
Antonio Aranda Calvo. Sacerdote.
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