DESDE LA ESPADAÑA: DOMINGO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD.7 de Junio de 2020.

La Santísima Trinidad

(Retablo del Altar Mayor en la Iglesia Parroquial de San Pedro en Chiclana de Segura)

PUNTOS DE MEDITACIÓN

Nuestro Dios no es un Dios solitario.

En su intimidad más profunda (esencia) Dios está totalmente abierto: Al Hijo (Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado no creado…) y con el Espíritu Santo (que procede del Padre y del Hijo…) Es la Trinidad Santa que hoy celebramos y adoramos.

Por eso Dios es cercano, compasivo, misericordioso, pronto para perdonar, rico para amar con un amor infinito.

Por eso San Juan pudo decir: “Dios es Amor”, quien ama ha conocido a Dios y quien no ama no lo ha conocido.

Hoy hemos de reconocer el verdadero Rostro de Dios y convertirnos a Él: No un dios todopoderoso, potente, capaz de subyugar al hombre, castigarte, enfadarse contigo, airado porque no cumples sus leyes… si fuera así ¿Quién podría confiar, quién se dirigiría a Él con libertad de hijo hacia un Padre?... ¡Con el corazón en la mano! ¡NO!... Nuestro Dios no es un Dios al que puedo temer, ni al que puedo dirigirme por puro interés, lo cual sería utilizarlo para mi beneficio.

Descubramos el Rostro Amoroso de Dios, Misericordioso y Poderoso en el Amor y Grande en el Perdón. Convirtámonos a Él. Tú “necesitas” creer en Dios para encontrar el sentido de ti mismo. Piensa en estos testimonios:

- Roger Garoudy, decía: “A nosotros los ateos, nada nos está prometido y nadie nos espera” (¿no es esto una pena y engendra un vacío?) Se decía del humorista José L. Coll: “Soy agnóstico, pero daría cualquier cosa por creer firmemente en Dios. Daría todo cuanto poseo” En estos días he tenido ocasión de escribir a un joven que estaba en la cárcel y me contestó: “me siento muy solo, no tengo a nadie… sepa que no soy creyente… si lo fuera seguro que me encontraría más feliz…” Y San Agustín escribía “Nos hiciste, Señor para Ti y nuestro corazón está inquieto hasta que no lleguemos a Ti”. Piensa en estas experiencias y oremos:

“Trinidad Santa en que vivimos, peregrinos del Amor, tus hijos somos, adoradores de verdad, sin ver tu Rostro, en Ti creemos, nos movemos y existimos”

DOMINGO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD.
7 de Junio de 2020.

“Muéstrame, Señor, tu verdadero Rostro”

-¿En quién creemos? Creer en Dios no basta… un Dios soberano, poderoso, terrible, que se enfada contigo y te castiga…que resuelve los problemas de la lluvia y de la naturaleza… eso no basta.

* Dios se revela poco a poco en la Biblia, en la creación, en el Génesis; ahora da un paso más con Moisés, es la primera lectura de hoy. En el Éxodo Dios nos habla de Si mismo: “Mi rostro no lo puedes ver, porque nadie puede verlo y quedar con vida”

* Pero Moisés sigue insistiendo, desea conocer los secretos más íntimos de Dios, y Él se le manifiesta: “El Señor bajó de la nube y se quedó con él allí… pasó ante él proclamando Señor, Señor Dios clemente y misericordioso, lleno de compasión, paciente y fiel, que mantiene su fidelidad por miles de generaciones” (no sólo por mil generaciones)

* Frente al Dios soberano, potente y terrible, pronto a enfadarse con quien no le ofrece sacrificios agradables y castiga a aquellos que violan sus leyes, quien se venga mandando a los hombres enfermedades y desventuras… El Rostro de Dios, ante Moisés, se manifiesta totalmente Nuevo: es imprevisible, capaz de volver a su pueblo a pesar de ser duro de cerviz, establecer con él una Alianza a pesar de sus infidelidades… Olvidarse del becerro de oro y fundar algo nuevo:

“vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios”.

* Dios te mira (y a todos los hombres) con ternura, con el sentimiento de una madre que lleva a su hijo en las entrañas… se conmueve el corazón (la misericordia es algo “visceral”, de entrañas adentro)

* Y Oseas, con su experiencia de esposo ofendido ante la esposa infiel, nos muestra un atisbo del Dios Misericordioso “Me da un vuelco el corazón, se me conmueven las entrañas”.

* Moisés termina por pedir perdón a Dios en favor de su pueblo, parece poner a prueba su Misericordia… y efectivamente Dios se vuelve a ellos y establece la Alianza, a partir de la “gran infidelidad”.

** En la IIª a los Corintios, segunda Lectura de hoy, Pablo se expresa con palabras dulces y llenas de ternura; lo primero la ALEGRÍA que es la más bella señal de la llegada del Reino de Dios al corazón del hombre y es fruto del descubrimiento del Rostro de Dios. LA COMUNIDAD que es imagen de la Trinidad, pues viven alegres, se animan mutuamente, tienen los mismos sentimientos, viven en Paz y unidos. El BESO SANTO con el que se saludan los cristianos es un signo del Amor de Dios.

La lectura termina con el saludo de Pablo: la Gracia del Señor Jesús, el Amor de Dios y la Comunión del Espíritu Santo…El Padre que ha tomado la iniciativa, el Hijo que ha llevado a cumplimiento su Obra, el Espíritu de Dios que es el Amor que une al Padre y al Hijo y que se ha infundido en nosotros, haciéndonos entrar en el seno trinitario.

*** Y llega ahora el Evangelio. Pertenece al escrito de Juan, solo tres versículos, muy breve, pero muy profundo:

=Dios es el sentido del mundo, de la creación, de la vida y del mismo ser humano, de ti y de mí, que aspiramos a la Vida Plena, por Amor del Padre y la entrega del Hijo.

=La razón es de un Amor Gratuito que se abre a horizontes ilimitados; un Amor que quiere estar con nosotros, con todos los seres humanos y así llevarlos a su más alta dignidad (El Emmanuel y Yo estaré con vosotros hasta el fin de los tiempos)

“Oh, Señor, Dueño nuestro, que admirable es tu nombre en toda la tierra. Cuando contemplo el cielo obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has creado ¿qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano para darle poder…Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad… Señor Dueño Nuestro…”

Este Salmo nos indica lo importante, para el hombre, que es creer en Dios, pues nos da la dignidad y la gloria más alta que puede soñar el ser humano, tú y yo. ¡Con Dios todo!

Antonio Aranda Calvo. Sacerdote

Iconografía de la Trinidad en iglesias de la Diócesis de Jaén