SEMBRANDO EL REINO DE VIDA
Jesús continúa subiendo a Jerusalén, acompañado de sus discípulos--- allí se van a cumplir las Promesas; la Misión de Cristo, salvarnos por su Muerte y Resurrección, el Misterio Pascual.
La lectura de Isaías nos muestra la alegría y el gozo que supone la ACCIÓN de Dios en Jesús: gozo y alegría, ríos abundantes, consuelos sin fin… como una madre cuida a sus crías y las acaricia…
En el Evangelio Jesús va sembrándola semilla del Reino, a un lado y a otro, como se hacía a boleo, y busca ayuda en sus discípulos, como hoy quiere también de nosotros que esparzamos la simiente del Reino por todas partes, saliendo por pueblos y ciudades, por campos y cercados. Así los manda:
• De dos en dos.
• Por todas las artes por donde Él ha de ir.
• Con un imperioso deseo, que la semilla sea esparcida, que llegue a todas partes y a todos…cada cual la acoja libremente pero que a nadie se le niegue, es para todos…
• Y pone unas condiciones para los que han de realizar esta labor:
+disponibilidad, ponerse en camino… ya…ya.
+Confianza en la Misión y en Quien envía más que en los medios…
+Provocar la adhesión en la libertad…
Siempre al servicio del Reino y de
quienes lo reciban.
Pablo en el texto a “los Gálatas”
muestra la esencia de ese Reino que él mismo proclama y vive íntimamente:
“Lejos de mí, Dios me libre de gloriarme si no es el la Cruz de Ntro. Sr.
Jesucristo”, expresión que nos hace mirar a Jerusalén y allí revivir el
Misterio Pascual de la Muerte y Resurrección de Cristo, que vamos o estamos ya
celebrando en esta Santa Asamblea.
Antonio Aranda Calvo. Sacerdote.
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