LECTURAS:
JEREMÍAS,
23, 1-6 (Crítica a los pastores de Israel). SALMO 22 “El Señor es mi Pastor
nada me puede faltar”. SAN PABLO A LOS EFESIOS, 2, 13-18 (Jesús es el Gran
Pastor, por su Sangre formamos parte del redil…) EVANGELIO DE SAN MARCOS 6,30-34. (…Jesús se compadeció de ellos
porque andaban como ovejas sin pastor…)
Iª.- Dios interviene en la problemática entre los pastores y el Pueblo de Dios; Él va mandando a los mejores y prometiendo uno que será el definitivo salvador y libertador, el sanador de todo mal… Esa persona presentada un poco idílicamente, ha de estar en relación con el Dios que salva. Así quedamos emplazados, desde Jeremías, para ver en Jesucristo este proyecto misterioso del oráculo. Porque no olvidemos que Él ha de llevar el nombre de “Jeshua”: Dios salva, es mi salvación.
2ª.-Efesios nos presenta a Jesús como el portador de la Paz, paz entre Dios y la humanidad, entre Dios y su pueblo, paz entre paganos y judíos… ¿Qué ha hecho Jesucristo para ello? lo más expresivo es que nos ha «reconciliado», LA RECONCILIACIÓN, tema importante en San Pablo: Con ello se presenta la obra de Cristo como una restauración de las relaciones amistosas entre Dios y el hombre, rotas por el pecado. El fruto de la reconciliación es la paz y la amistad. La reconciliación es un proceso objetivo y real, antes de toda colaboración del hombre, pues es Cristo mismo el signo y la realidad de esa reconciliación de Dios y la humanidad. El autor de Efesios quiere poner de manifiesto que el don de la paz es un don de Dios y ese don es Cristo mismo, porque gracias a El todos los hombres, en todas las culturas y religiones pueden vivir en paz. Si no es así, no es por exigencia del Dios de Jesús, sino porque los hombres se niegan a la misma paz.
EVANGELIO:
Los discípulos vuelven contentos a Jesús… ¿Qué han hecho? Lo que han visto de Él: “Anunciar la llegada del R. de D. y liberar a las gentes del mal, el dolor. La envidia y la enemistad…ver la posibilidad de ser “hermanos”. Jesús les ofrece la oportunidad de un descanso con Él para “encontrarse”…descansar con Jesús… pero asoma la gente… entonces tienen que hacer la travesía (experiencia de una travesía en el mar con Jesús… restauradora y gratificante en la paz y el silencio con Jesús…) PERO inmediatamente que llegan a la otra orilla, de nuevo la gente que tienen necesidad de Él… y Jesús después de haber “alimentado, dado la paz y el sosiego a sus discípulos (que tienen que volver a la Misión) AHORA YA NO PUEDE ESCAPAR DE LA GENTE tiene que darles su palabra, toda su persona, su alimento porque son las ovejas sin pastor.
El evangelio, por otra parte, nos muestra el hambre que tenía la gente de escuchar un mensaje de salvación y de gracia, el que Jesús ofrecía por todas las aldeas y pueblos de Galilea, a lo que habían contribuido también sus discípulos, enviados para llegar a donde no podía llegar él. Jesús ve a la gente con tal anhelo de escucharle, que la compasión del pastor puede más en su corazón, que anhelaba estar con los discípulos. Aunque hubiera otros intereses, Jesús detecta la falta de orientación y la necesidad de salvación de los abandonados. De esa manera, se va cumpliendo, más o menos, el texto de Jr. 23,1-6: por una parte, los pastores, los apóstoles, por otra el Pastor, el nuevo rey, del que parte el mensaje fundamental del reino. Cristo se compadece de la multitud y les da a comer su palabra como después les dará a comer el pan y sobrarán doce cestas… ESTAMOS EN EL MISTERIO DEL PAN Y LA PALABRA (EUCARISTÍA).
El Buen Pastor
MURILLO, BARTOLOMÉ ESTEBAN
©Museo Nacional del Prado
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