“VENID A MI TODOS LOS QUE
ESTÁIS CANSADOS Y AGOBIADOS Y YO OS ALIVIARÉ”
Las palabras del texto evangélico, que han sido proclamadas,
tienen un tono y palabras diferentes a las de los domingos anteriores, aunque
el Mensaje es el mismo; recoge una efusión de Jesús que expresa lo más íntimo
de su experiencia espiritual: Con dulzura, en este caso, dice de sí: “Venid a
Mi todos los que estáis cansados y agobiados y Yo os aliviaré”; lo mismo se nos
dijo anteriormente con tonos exigentes, pero con el mismo Amor: Seguidme con
decisión, no tengáis miedo, confiadamente, aún renunciando a lo más íntimo, a
todo, porque merece la pena, “en Mi encontraréis el descanso”
La Profecía de Zacarías, 1ª lectura, anuncia el talante del que ha
de venir, quien va a realizar el Proyecto del Padre… y de un modo tan especial,
que nadie se le hubiera ocurrido…
1.- Así Jesús, en este texto, exclama desde su interior más
profundo: “Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra…” experimenta
como una explosión de gozo y alegría, porque el Padre ha revelado su Misterio,
su Proyecto de Amor y Salvación, a los pequeños y humildes. Y Jesús no cabe de
contento con ello; proclama su conformidad con la Voluntad del Padre… y nos
llama a que nosotros lo mismo lo sintamos como Él: “Sí, Padre, así te ha
parecido bien” Dejémonos inundar de ese misterio y sintamos el gozo de Jesús,
pues Dios ha puesto los ojos en los pequeños de este mundo, y no debemos defraudarle, dejándonos llevar por el poder,
la soberbia o el orgullo.
2.- Jesús proclama su intimidad con el Padre y viceversa,
complacidos en comunicarse Padre e Hijo, en la plenitud de su Misterio de Amor,
y el Hijo haciendo otro tanto con nosotros: “Nadie conoce al Hijos sino el
Padre y nadie conoce al P. sino el H, y aquel a quien el Hijo se lo quiera
revelar. Jesús es, una vez más, el camino para que lleguemos al Padre y gocemos
de su Misterio de Amor.
3.- Jesús, que comparte nuestra propia vida, conoce los cansancios,
las penas y trabajos; Él sabe muy bien, cómo a veces no somos capaces de llevar adelante la vida… a este Jesús le sale
del corazón la dulce invitación: “Venid a Mi todos los que estáis cansados y
agobiados y Yo os aliviaré” ¡Qué grande es Jesús, qué grande su corazón, que
grande su Amor! (mes de junio Sagrado Corazón de Jesús) ¿Cómo podemos nosotros
cerrar los oídos a esta llamada? Abramos los oídos y el corazón, que Él está ahí,
a la puerta, esperando.
4.- Venid a Mi, descansad-seguidme y estad conmigo… tomando mi
Cruz y aprendiendo de MI, Manso y Humilde de Corazón. ¡Qué gran lección para
cada cristiano y para la sociedad entera: Disponibilidad total, servicio,
acogida, hospitalidad… en el ambiente en que vivimos. Todo lo que es Jesús,
Dios y Hombre, igual a nosotros menos en el pecado… todo lo que es Nuestro
Señor, todo Él, le tenemos abierto a nosotros, dispuesto a nosotros, a nuestro
servicio ¿Qué más podemos esperar?
5.- Mi yugo es llevadero y mi carga ligera…. (La expresión
se contrapone a aquellos fariseos que echaban grandes fardos sobre los demás y
ellos no los mueven ni con un dedo…) Por si tuviéramos miedo a la Cruz y al
Seguimiento, ahí está la explicación de Jesús “yugo llevadero y carga ligera”…
sobre todo porque es Él quien nos acompaña, vamos tras Él, Él se para cuando
nos ve cansados y nos echa una mano con su gracia y su ejemplo… ¿Cómo temer?
¡LANCÉMONOS EN SU SEGUIMIENTO!
Antonio Aranda Calvo. Sacerdote.
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