LECTURAS:
LIBRO DE LA SABIDURÍA 27, 4-7; SALMO 91 “ES BUENO DAR GRACIAS AL SEÑOR”;
PRIMERA CARTA A LOS CORINTIOS 15, 54-58; EVANGELIO DE LUCAS 6, 39-45.
La
próxima semana entramos en el tiempo litúrgico de la Cuaresma, miércoles de ceniza, día 2 de marzo, en el que debemos
examinar nuestra vida cristiana, profundizar en ella y proponernos morir al
pecado para resucitar con Cristo Resucitado a UNA VIDA NUEVA.
+++Avisos:
Miércoles de Ceniza, imposición de ceniza y Vía Crucis después. Todos los Viernes
Vía Crucis después de la Misa.
La
Palabra de Dios, proclamada en este Domingo, continúa llamándonos a una
conducta leal y honrada, de verdadero respeto a nuestros hermanos, tratando de
parecernos a Jesús, siguiendo no sólo su doctrina sino sus mismos pasos pues
que nuestra vida no se debe cimentar en un conjunto de normas y leyes morales,
éticas, culturales o del momento… sino que el estilo de Jesús, la Piedra
Angular sobre la que hemos de construir nuestro ser, nuestro vivir, nuestra
conducta de cada día…ese estilo debe ser el nuestro. “Que quien me mire te
vea”
Y
lo primero la palabra: se nos pide hacer un buen uso de ella. Descubrir lo
bueno de la vida, lo bueno de las situaciones concretas y todo lo bueno de
nuestros hermanos, proclamándolo a los cuatro vientos. Dediquemos nuestras
palabras siempre para el bien y para difundirlo… nunca sean portadoras de
envidias y rencores, de falsos testimonios, mentiras y maledicencia. También, como nos dice el Salmo, usemos la
palabra para dar gracias al Señor, cantar en su Nombre y alabarlo, lo cual nos
llevará a crecer en la presencia del Dios Altísimo “como la palmera o el cedro
del Líbano plantado en la casa del Señor”
Y todo ello para discípulos de JESÚS,
asemejarnos a Él, por quien «La muerte
fue absorbida en la victoria. Y así se
nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo, de modo que, nos
mantengamos firmes e inconmovibles y nos entreguemos siempre constantes y sin
reservas a la obra del Señor, convencidos de que nuestro esfuerzo no será nulo a los ojos del Padre
Misericordioso. Todo esto, Gracias a Dios, que nos eligió y nos llamó.
El
Evangelio, finalmente, continúa las enseñanzas y el estilo del Domingo pasado,
dándonos llamadas sobre el trato a nuestros hermanos (lo de la paja en el ojo
ajeno y la viga en el nuestro es muy significativo y puede servirnos a todos)…
se nos dice que nuestra conducta y nuestra vida cristiana deben medirse por los
buenos frutos que demos, como el árbol
bueno que produce buenos frutos. pues “de la bondad que se atesora en el
corazón sacamos el bien; mientras de la maldad sacamos el mal…porque de lo que
rebosa el corazón habla la boca.
Y
todo cuanto venimos diciendo, no lo debemos ver sólo como prácticas morales o
reglas de comportamiento, que vienen de fuera, o un código basado en normas y
costumbres que se nos impone por leyes salidas de cuantos ostentan el poder,
para así convivir, gobernarnos o poder someternos… La motivación en nosotros
está en que Cristo es nuestro Maestro y Modelo, a Él debemos parecernos y su
camino hemos de seguir: “Aprended de Mí que soy manso y humilde de corazón”,
nos dice Jesús. En la llamada de Jesús está siempre patente el “sed perfectos
como mi Padre es perfecto…” porque quiere de nosotros que seamos felices,
vivamos como hermanos, lleguemos a la plenitud para la que fuimos creados, “a
imagen y semejanza de Dios, en Cristo Jesús en quien todo fue hecho para su
gloria y alabanza”.
Antonio
Aranda Calvo. Sacerdote.
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